DIA 6:
El desayuno del hotel estaba bastante bien, tenía de todo, te hacían tortilla si querías y los bollitos estaban muy buenos. Cuando terminamos de desayunar, ya nos estaba esperando el guía que también se llamaba Ahmed. Le contamos lo de la habitació y se lo dijó al del hotel, fijo que no somos los primeros ni los últimos en quejarnos... Nos dijó que no había problema y que nos cambiaban de habitación, menos mal!
Desde nuestro hotel, no se tardaba nada, pero con todo el tráfico que había duro más, pero esto es el Cairo, un caos circulatorio a lo bestia!!!
Cuando llegamos al parking, vaya impresión! Con ese aire tan cargado, era todo mucho más irreal áun! Y vaya chasco! Las Pirámides están bastante separadas entre sí, de forma que no se ven las tres... qué malo es ver tantas veces la típica foto! Y de la Esfinge ni rastro tampoco...
El guía nos explicó que lo que teníamos incluido era la visita al recinto, pero que si queríamos ver alguna pirámide por dentro, eso era aparte. Nos comentó también que por dentro no conservan nada y que si eramos claustrofóbicos, mejor que no entrasemos. Nosotros siempre habíamos soñado con ver la Gran Pirámide, y aunque sabemos que no tiene nada por dentro, queríamos verla y saber qué se sentía dentro. Así que compramos la entrada para ver la de Keops, cuando nosotros fuimos no te dejaban entrar a la de Micerinos.
Según nos íbamos acercando, nos iban impresionando más! La pirámide de Keops es mucho más grande y más perfecta aún de lo que nos habíamos imaginado... La pirámide de Keops o la Gran Pirámide, es la más antigua de las tres y la más grande de Egipto. Lo que nos dejó alucinados, es cuando el guía nos contó que con sus bloques se podría hacer un muro alrededor de todo Francia!
Qué desastre de noche! Apenas dormimos por el ruido de la glorieta de fuera... así que o nos cambiaban de habitación o nos cambiaban... vaya dolor de cabeza de no dormir!
El desayuno del hotel estaba bastante bien, tenía de todo, te hacían tortilla si querías y los bollitos estaban muy buenos. Cuando terminamos de desayunar, ya nos estaba esperando el guía que también se llamaba Ahmed. Le contamos lo de la habitació y se lo dijó al del hotel, fijo que no somos los primeros ni los últimos en quejarnos... Nos dijó que no había problema y que nos cambiaban de habitación, menos mal!
Ese día íbamos a Gizeh a ver las Pirámides y la Esfinge. Estaba un poco cubierto el día entre la contaminación y el polvo del desierto... pero lo vimos todo fenomenal! Qué ganas teníamos de ver esto! Y es que pensar que son las únicas supervivientes de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo....
Desde nuestro hotel, no se tardaba nada, pero con todo el tráfico que había duro más, pero esto es el Cairo, un caos circulatorio a lo bestia!!!
Cuando llegamos al parking, vaya impresión! Con ese aire tan cargado, era todo mucho más irreal áun! Y vaya chasco! Las Pirámides están bastante separadas entre sí, de forma que no se ven las tres... qué malo es ver tantas veces la típica foto! Y de la Esfinge ni rastro tampoco...
El guía nos explicó que lo que teníamos incluido era la visita al recinto, pero que si queríamos ver alguna pirámide por dentro, eso era aparte. Nos comentó también que por dentro no conservan nada y que si eramos claustrofóbicos, mejor que no entrasemos. Nosotros siempre habíamos soñado con ver la Gran Pirámide, y aunque sabemos que no tiene nada por dentro, queríamos verla y saber qué se sentía dentro. Así que compramos la entrada para ver la de Keops, cuando nosotros fuimos no te dejaban entrar a la de Micerinos.
Según nos íbamos acercando, nos iban impresionando más! La pirámide de Keops es mucho más grande y más perfecta aún de lo que nos habíamos imaginado... La pirámide de Keops o la Gran Pirámide, es la más antigua de las tres y la más grande de Egipto. Lo que nos dejó alucinados, es cuando el guía nos contó que con sus bloques se podría hacer un muro alrededor de todo Francia!
Desde la antigüedad ha sido objeto de los saqueadores, y tiene dos agujeros hechos por ellos en sus intentos de entrar. De hecho por uno de ellos es por donde se entra ahora. Ahmed nos explicó que las piedras son de la Cantera de Asuán (cómo harían para traerlas???) y que las pirámides no están erigidas ahí por casualidad. Y es que a pesar de estar en el desierto, en esta zona el suelo es de caliza, por lo que puede aguantar el peso y permite que no se hundan.
El que nos parece que tuvó que ser todo un personaje, fue el Mohamed Ali, y es que tuvó la brillante idea de querer usar las piedras de la pirámide para hacer un puente. Menos mal que sólo quitaron unas pocas de arriba, y que se dió cuenta que le saldría más caro que sino...
Por mucho que siempre se haya dicho que las pirámides eran tumbas, no está del todo claro, y es que en ninguna de ellas se ha encontrado nunca un cuerpo.
Le dejamos a Ahmed las cámaras de fotos, para no tener que dejárselas a los de la puerta, y nos fuimos para verla por dentro. La explanada estaba llena de gente que intenta venderte de todo o pedirte propina, qué pesados!
Le dejamos a Ahmed las cámaras de fotos, para no tener que dejárselas a los de la puerta, y nos fuimos para verla por dentro. La explanada estaba llena de gente que intenta venderte de todo o pedirte propina, qué pesados!
Para entrar, nos tocó subir por fuera de la pirámide. De hecho, entramos por uno de los agujeros que hicieron los saqueadores de tumbas. Al principio, es como entrar en una cueva pero después, te toca agacharte un poco, porque el pasadizo se hace más bajo. Después viene una parte bastante estrecha, baja y empinada, no nos extraña que avisen sobre lo de la claustrofobia, porque es un pelín angustioso sobre todo si viene alguien en sentido contrario... Tras unos 40m, el espacio se abre formando una galería. Hay un pasadizo de frente, que lleva a la Cámara de la Reina pero está cerrado. Y nada, a seguir subiendo por la rampa prácticamente vertical. Menos mal que hay barandillas y tablas para poner los pies, porque sino sería casi hacer escalada! Y así, llegamos a la Cámara del Rey que es bastante amplia. Lo cierto, es que impresiona bastante, con esos bloques tan gigantes de color gris. Parece que falta un poco el aire y hay muchísimo eco. Tiene un sarcófago simple que es donde pasó la noche Napoleón y más recientemente Javier Sierra... nosotros como que pasamos de dormir ahí! Había dos chicos que estaban todo el rato tocándolo... el guía ya nos había contado que antes había muchos grupos y sectas que iban allí a pasar la noche y hacer ritos esotéricos... Pero lo peor fue sin duda bajar, qué vertigo! María tiene bastante vértigo de por si... menos mal que estaban las maderas que te sirven de freno para los pies, porque sino...
Una vez que ya estábamos fuera, vinó el guía para darnos las cámaras de fotos y nos dió tiempo libre para verlo tranquilamente. Si bien, resulta imposible captar todo esto en una foto... lo intentamos al menos!
Aprovechamos también para mirar un poco la guía que llevábamos. Con los nervios, apenas si nos habíamos fijado dentro, pero ya fuera, al pensarlo tranquilamente... vaya pasada los bloques de piedra del interior de la pirámide. Y es que por la galería que fuimos, era la original... y las piedras eran enormes y estaban perfectamente encajadas... cada vez nos tienen más flipados los egipcios!
Por la explanada, había un montón de gente. Lo que no teníamos ni idea era que en total en Gizeh hay 9 pirámides, las tres grandes y el resto más pequeñas, en teoría para la familia de los faraones.
Alrededor de la Gran Pirámide, hay unos grandes huecos donde estaban "las barcas" del faraón. Una la están restaurando y la otra que se conserva la tienen dentro de un museo que hay allí. Nosotros no teníamos demasiado tiempo, por lo que entramos a verlo.
Según íbamos rodeando la pirámide de Keops, empezó a verse la de Kefrén. Este era hijo de Keops, y su pirámide es más pequeña, aunque él muy pillo la hizó sobre un montículo, por lo que según dónde estés, parece la más grande! En su cúspide, aún conserva parte de la cubierta de caliza, y es que antiguamente las pirámides estaban totalmente recubiertas de piedra caliza.
Habíamos quedado con el guía, en el parking que hay al lado de la pirámide de Kefrén. Así que de camino, vimos de lejos la última de las pirámides, la de Micerinos. Esta es la más pequeña, pero este faraón (hijo de Kefrén y nieto de Keops) para compensarlo, hizó que fuera la más valiosa, ya que está hecha toda ella de piedra caliza.
Ya en el coche, fuimos al mirador desde donde se saca la típica foto de las tres pirámides. Es una pasada! Lo único malo es que había como calima, no sabemos si por el desierto o por la contaminación, pero con esa nieblina también tienen un aire aún más de irrealidad! Precioso.
Y de nuevo al coche, ahora con rumbo hacia la Esfinge. Desde allí, se ven las pirámides de Keops y de Kefrén. Impresiona bastante el verla tan majestuosa, tan misteriosa...
Tras las fotos de rigor, nos acercamos a verla. Ahora para protegerla, han excavado a su alrededor y no te dejan acercarte. La pobre ha tenido ya varias restauraciones... ójala no se pierda, porque sería una gran pérdida!
Para acceder a verla, hay que hacerlo a través de un templo. Por lo que hemos leído, es bastante más antiguo y las losas y piedras con las que ha sido construido, son enormes y están súper bien puestas... recuerda un poco quizás a la mega construcción de Sacsayhuaman de Perú. Aunque in sutu la verdad es que no nos fijamos demasiado en este templo, estaba hasta arriba de gente como para poder apreciarlo!
La Esfinge es una pasada! Toda llena de misterios y de dudas sobre su origen y su significado... Por lo que dicen, la cara es de Kefrén. Simplemente increíble!
Y desde allí, antes de llevarnos al hotel, nos llevaron a un sitio donde fabrican pápiros. La chica nos explicó cómo se trabaja el papiro desde la planta hasta conseguir que sea bueno para poder trabajar con ellos. Vaya trabajo tiene! Después, evidentemente trataron de vendernos pápiros. Lo cierto es que son todos preciosos, y claro, al final caímos...
Y de ahí al hotel. Así acabó todo lo que teníamos contratado con la agencia... ahora empezaba nuestra aventura de verdad en El Cairo!
Cuando llegamos al hotel, como habíamos pedido el cambio de habitación por el ruido, fuimos a la que teníamos para recoger nuestras cosas y llevarlas a la nueva, que afortunadamente no da a la glorieta! Nos refrescamos un poco... y en marcha.
Fuimos a comer a un restaurante que había al lado del hotel, el Felfela que es una cadena de comida egipcia. Había uno que era más en plan de comida para llevar y otro en plan restaurante. Como teníamos que descansar, decidimos entrar en el restaurante.
Hacía un poco de calor, había bastantes moscas y un gato pululando por ahí... pero estaba más o menos bien. Aunque nos tocó esperar bastante hasta que nos atendieran, pero bueno, así es El Cairo! Al final, vinó el dueño que chapurreaba un poco de español y que nos dijó que era el presidenta del Sevilla (el Nido), la verdad es que si que se tiraba un aire... María tomó una hamburguesa y Alberto una especie de salchichas que estaban bastante buenas, aunque picaban un poco. Y de postre, un flan para María y un dulce de leche para Alberto.
Cuando salimos a la calle, unos taxistas nos ofrecieron sus servicios. Nos tocó regatear para que nos llevarán a Saqqara, había uno que sabía español (Sami) y al final llegamos a un acuerdo con él.
Nuestra aventura de la tarde, la dejamos para otro post...
CONTINUARA...
1 comentario:
Debe ser impresionante estar frente a esas pirámides gigantescas, espero algún día estar allá.
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