9 may 2009

Diario de nuestro Viaje a Egipto II

Viene de la Parte 1ª (Continuación del segundo día de viaje).

Tras dejar atrás la zona de Tebas dedicada a los muertos, nos pusimos de nuevo en ruta hacia el Templo de Luxor. Para ganar tiempo, el coche nos dejó en un embarcadero desde el que cogimos una barca para cruzar el Nilo y llegar justo hasta el templo.

El Templo de Luxor dependía del de Karnak y sólo se usaba durante la procesión de Amón, de hecho una gran avenida de unos 3km unía los dos templos, ahora queda menos de un tercio de la misma.

Tenía que ser increíble ver la solemne procesión en que sacaban al dios Amón del templo en su barca, a hombros de los sacerdotes con sus cabezas rapadas y con todo el séquito real. La verdad es que nunca nos habíamos parado a pensarlo hasta que Ahmad nos comentó que sería como una procesión de Semana Santa, y lo cierto es que quizás de ahí venga en parte su origen...
Este templo fue construido sobre todo por Amenofis III y Ramsés II, si bien hubó aportaciones de muchos otros faraones que querían dejar así también su huella en el templo (algo de lo más habitual en las distintas culturas, sirva como ejemplo la Alhambra o la Basílica de San Pedro).

Según llegamos, lo primero que se ve es el largo paseo que unía los dos templos flanqueado por esfingies (con la cara de Ramsés II).


Después se admira el pilón o entrada monumental, que se halla un tanto deteriorado, con relieves de batallas famosas de los tiempos de Ramsés II. Justo delante, se encuentra el obelisco de Ramsés II de 25m de altura. Antes eran dos, pero Mohammed Alí regaló el otro a Francia (está en la Plaza de la Concordia de París), a cambio de un reloj que nunca funcionó (está en la Mezquita de Alabastro del Cairo). Adosados al pilón, había seis colosos que representaban a Ramsés II, si bien ahora sólo quedan dos.
Y ya para adentro. El primer patio está rodeado por una doble columna de capitel papiriforme cerrado. En un lado se encuentra la capilla tripartita, donde se dejaban las barcas de la tríada tebana: Amón, Mut y Khonsu.

Después se pasa a una columnata que tiene dos filas de columnas campaniformes. Luego hay otro patio rodeado nuevamente por columnas papiriformes. Y de ahí se pasa a la Sala Hipóstila, antes está el vestíbulo que fue usado como capilla cristiana como atestiguan las pinturas de santos que hay en sus paredes.

Lo malo de Egipto, es que está lleno de gente en los templos como paseando, que lo único que buscan es medio engañar al turista sacándole dinero por mostrarle verdaderas tonterías, pero bueno, desde aquí vaya ese aviso.

El guía nos dió tiempo libre tras explicarnos todo, para ver el Templo por nuestra cuenta y poder mirar y hacer todas las fotos que quisieramos. Lo que nos resultó muy curioso, es que a la entrada hay una Mezquita construida justo al lado del pilón. Es bastante antigua y la hicieron ahí porque no sabían que había restos antiguos.

Y tras pasear un poco más por la Avenida de las Esfinges, montamos en la furgoneta para ir al Templo de Karnak.

Realmente no es un Templo, sino que es un conjunto de varios templos dedicados a la tríada tebana, casi una mini ciudad... y es que podrían entrar en su recinto varias catedrales góticas sin problema... una pasada!

Evidentemente, no vimos todo, porque haría falta mucho tiempo, pero bueno una buena idea del conjunto si que nos hicimos. Se comprende de un gran eje vertical y de otro horizontal con varios pilones cada uno.

Justo al inicio de nuestra visita, se encontraba el embarcadero que está delante del templo, y que antiguamente daba directamente al Nilo para la procesión de la barca... ahora hay un buen trecho hasta el río.

Siguiendo la Avenida de las Esfinges, llegamos al primer pilón que se quedó inacabado, lo cual permite ver por dentro el cómo los hacían: iban subiendo una rampa de tierra para ir poniendo las piedras (abajo-arriba) y luego iban haciendo los relieves (arriba-abajo), quitando dicha tierra.

Así se pasa al gran patio, que es el más grande de todos los templos egipcios y a la izquierda de la entrada, se halla el Templo para guardar las barcas de la tríada tebana.

De ahí pasamos al segundo pilón, que estaba flanqueado por dos grandes figuras de Ramsés II en granito rosa, pero de las cuales sólo se conserva una.

Vaya pasada la gran Sala Hipóstila! Es impresionante! Es una maravilla de bosque pétreo con 134 columnas, las más alucinantes son las doce de la nave central que miden 23m y cuyos capiteles son papiriformes abiertos, las demás son de capiteles papiriformes cerrados y son un tercio más bajas, lo que permitió abrir ventanas en la nave central.

Ahí dentro, te sientes totalmente insignificante. Qué tendrían que sentir los antiguos egipcios cuando las vieran perfectas, con todos sus relieves y sus pinturas? Inimaginable! A los dos, ha sido uno de los sitios que más nos ha impresionado de nuestros diversos viajes sin duda...

A partir de ahí, los templos y pilones se suceden y su conservación ya no era tan buena. Entre el tercer y el cuarto pilón, había colocados cuatro obeliscos rosados, de los cuales sólo se conserva uno y justo al pasar el cuarto pilón, está el obelisco de Hatchepsut que es el más alto. Si bien el obelisco más grande de Karnak es el que está en la Plaza de San Juan de Letrán de Roma.

Lo cierto es que nunca nos habíamos parado a pensar en lo valioso que es un obelisco... y es un milagro total! Es de una sola pieza, por lo que cortarlo, tallarlo y transportarlo era una hazaña total, cómo lo harían?

Situado más al sur, se encuentra el Lago Sagrado donde el faraón y el gran sacerdote se purificaban antes de rezar a Amón. Justo al lado, hay un gigantesco escarabajo de granito en honor del dios solar.

Y así acabó nuestra visita, aunque aún quedaban miles de cosas por ver... Recorrimos de nuevo por nuestra cuenta todo, disfrutando de los detalles y de la grandiosidad de este templo... realmente es para quitarse el sombrero ante todos los que trabajaron allí... increíble!
Cogimos la furgoneta y corriendo para el barco, no vaya a ser que se fuera sin nosotros! No estaba ya en el mismo sitio, y se notaba que nos estaba esperando a nosotros, pues fue montar y zarpamos!
A la entrada nos dieron una especie de limonada muy refrescante y un paño húmedo, que raro se nos hacía el que nos trataran con tantos lujos acostumbrados a buscarnos siempre la vida, pero estaba bien.

Tras dejar las cosas en la habitación, bajamos a comer. Era tipo buffet, pero todo estaba muy bueno. Y después de comer, nos fuimos a descansar un rato al camarote... y nos quedamos roques. Mientras nos despertábamos, vimos como de repente llegaron un montón de barcas para vender cosas. Qué guay que lo vimos desde los cristales tintados de la habitación, todo un espectáculo! Vaya labia para vender y vaya maestría con las barcas!

Decidimos subir a la cubierta para admirar el paisaje, qué bonito! Arriba estaba todo lleno de gente, algunos regateando con los de las barcas, todo un espectáculo.

Se notaba que estábamos llegando a la esclusa, porque había una cola de barcos. En la cubierta, se estaba genial entre las vistas y la brisa... así que nos quedamos para decirle adiós al rey sol y desearle buena suerte en su viaje...

Ahmad nos comentó que hasta las 19.30-20h no cruzaríamos la esclusa, así que aprovechamos para ducharnos, pero justo cuando estábamos en la ducha, fue cuando el barco entró en la esclusa. Y es que para cruzar y seguir por el río, hay que pasar por la esclusa, dos barcos por turno. Te meten como en un hueco entre hormigón, apenas casi sin agua, y luego para pasar al otro lado, lo van llenando poco a poco de agua y ya sales...

A las 19.30h fuimos al bar que había un cóctel de bienvenida al barco. Todo en plan muy americano, con el discurso del capitán en la pista de baile y luego la presentación de los jefecillos del barco con musiquilla incluida. De coña. Y como colofón, unas bebidas y unos canapés... Y tras semejante juerga, bajamos a cenar... todo muy bueno, pero lo mejor de todo los bollos, una pasada!

Después de cenar, nos tomamos una cerveza con nuestro guía. Muy entretenido charlar con él, sobre su visión islámica de las mujeres y algunos preceptos del Islam. María no estaba en casi nada de acuerdo con él, pero por lo menos parecía que Ahmad pensaba que la mujer era una joya, y que por ello hay que cuidarla, pero son ser muy radical...

Y a dormir, que al día siguiente a las 6h sonaría el teléfono para visitar Edfú!

CONTINUARA...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola bueno solo kiero decirles k esta super bien k hablen d un pais tan arquitectonico como lo es egipto por todas sus artesanias k tiene y con sus grandes piramides eso es todo bay ☺☺☺

Javier Adán dijo...

Egipto . Un pais que tengo guardado en la mochila. Bonito reportaje. Un saludo.
Te he agregado a mi blog. Gracias por tu link

Anónimo dijo...

Me ha resultado muy interesante esta lectura, como gran enamorado de el viajar que soy. Ya había visto unas muy interesantes consideraciones sobre una serie de ciudades en www.devisita.es y aquí he completado datos. Un saludo

Beatriz dijo...

Hola viajeros! Me ha gustado mucho vuestro post sobre el viaje a Egipto! sobretodo porque yo también lo hice y veo que tenemos casi las mismas fotos XD.Un lugar único sin duda alguna! Un saludo desde Bcn!