6 may 2016

Seguimos de paseo por Lisboa

Y tras comer por la zona de la Sé, cogimos cerca de allí un autobús que nos llevaría directamente al Castelo.

El Castillo data de la época visigótica (siglo V), pero más tarde en el siglo IX los árabes lo ampliaron y luego fue reformado por el primer rey luso, siendo residencia real hasta el siglo XVI, después sirvió de prisión, y más tarde se abrió al público.


Entramos a ver el Castelo de Saó Jorge (5€), que tiene unas vistas de Lisboa increíbles. Pasear por él es muy agradable, viendo los viejos cañones, subir por sus murallas y torres, aunque dé un poco de vértigo... 


Visitamos la Torre de Ulises, que es la torre más importante del Castillo y que es donde guardaban el Tesoro de los Reyes. Tiene dentro de la Torre un Periscopio. Entramos a ver el Periscopio, con la suerte que la visita era justo en español. Está muy bien y cuentan muchas cosas interesantes de Lisboa. Es una cámara oscura. que permite hacer "fotos" reales de toda la ciudad. Así vimos el Báixo, el Chiado, la Avenida Libertade que es la más larga de la ciudad, la Alfama, el puente 25 de Abril (fue cuando cayó la dictadura de Salazar) y el puente Vasco de Gama, que mide 17 metros y es el más largo de Europa.

Paseamos un rato por las callejuelas del barrio del Castelo, y desde ahí, hacemos una ruta por el barrio de la Alfama. Es el barrio más antiguo de Lisboa, construido por los árabes en el siglo XI y que aún conserva mucho de su encanto. A nosotros nos encantó! Nos recordó bastante al Albaycin de Granada, aunque éste está más deteriorado y vive gente más humilde.









Según salimos del Castelo, cogimos la rua Cháo da Feira hasta el patio Belmonte, siguiendo hacia la Iglesia de Santa Luzia, que tiene un mirador muy bonito a su lado. Seguimos hacia el Museo de Artes Decorativas, desde donde se ve el Monasterio de Sáo Vicente de Fora en lo alto y que ahora es de los militares.

Al lado de Santa Luzia, hay unas escaleras que nos llevan directamente al Alfama. Por callejuelas, casas blancas y placitas, llegamos hasta la iglesia de Sáo Miguel que reconstruida tras el terremoto. Esta zona tiene mucho encanto y está como anclada en el pasado, todo un lujo! 

Por ahí, seguimos callejeando y subimos por las pintorescas Escadinhas de Santo Estevao. En este barrio hay muchos restaurantes de fado. Y bajando por la callejuela de Arco de Jesús, salimos de la Alfama y llegamos a la Casa dos Bicos.

Tras parar a tomar un café y sopesar un poco que hacer el resto de la tarde, decidimos coger el tranvía 28, que es de los antiguos y el favorito de los turistas, para subir hasta la Plaza de Luis Camoes entre el Chiado y el Barrio Alto.

Subimos por la Rua da Misericórdia, donde entramos en la tienda Carioca. Caímos en la tentación de comprar café de Timor y una cafetera muy original! Y seguimos subiendo la cuesta! Subiendo por la Rua de San Pedro de Alcántara, llegamos al mirador del mismo nombre y desde donde hay buenas vistas de Lisboa. Está en la zona alta del Barrio Alto, por ahí hay muchos sitios de copas y restaurantes... pero estábamos muy cansados por lo que decidimos bajar por la zona de Rossío.


Cogimos el Elevador da Gloria que está justo al lado, es un funicular antiguo y que baja por una calle súper empinada y que nos dejó en la plaza da Rossío, una chulada!

Tras una ligera cena, decidimos ir a la Plaza de Martím Moniz para coger el tranvía 28. Sale justo al lado de nuestro hotel, así que pensamos cogerlo y hacer todo el trayecto de ida y vuelta para ver Lisboa nocturna.
Creemos que hicimos bien en cogerlo a esas horas, porque apenas había tráfico ni gente. Está muy bien el recorrido que hace, por muchos sitios ya los habíamos pateado bastante, pero por otros no... vimos la Iglesia de Estela y el Convento de Sáo Bento que ahora es la sede de la Asamblea de la República. Y de regreso a la plaza de Martím Moniz, para descansar ya en el hotel... ha sido un día muy intenso

CONTINUARA

5 may 2016

Seguimos por Lisboa

Decidimos levantaros pronto para que nos cundiera el día. Tras desayunar en el hotel tipo buffet, fuimos a la estación de metro más cercana que está en la Plaza Figueira a comprar el ticket para poder viajar todo el día por Lisboa. En el 2010 nos costó 3,70€ el billete para el día y 0,50€ por la tarjeta que es recargable... pero vaya que si lo usamos!

Y desde la Plaza de Figueira cogimos el tranvía 15 que nos llevará hasta la zona de Belém. Es un tranvía moderno y la cabecera está allí. Se pasa por la Plaza del Comercio, del Municipio, por unas grandes avenidas y se ve el puente 25 de Abril que cruza el Tajo y es muy chulo. Se pasa por Cais do Sodré que también tiene cercanías y ferrys.

Belem es un barrio ligado con la historia de Portugal, de sus playas salieron las naves de Vasco de Gama y a ellas volvieron. Las casas son más bajitas y parecen más de un pueblo de pescadores.

Bajamos en la parada del Monasterio de los Jerónimos, justo al lado está la famosa "Antigua pastelaria de Belem" conocida por sus pasteles de nata.


Es increíble la fachada del Monasterio de los Jerónimos! Este Monasterio es Patrimonio de la Humanidad. Lo mandó construir Manuel I en el emplazamiento de la capilla de la Virgen de Belén a la que acudían los marineros. Es un monumento grandioso por sus dimensiones (300 m de fachada), la duración de su construcción (150 años) y su coste (70 kg de oro). El Monasterio se confió a los monjes de San Jerónimo, con la misión de que rezarán por el rey y los navegantes.

Fue de los pocos edificios que se salvaron milagrosamente del terremoto, gracias a la ingeniosa estructura de las bóvedas, el edificio aguantó pero las estatuas se desmoronaron de los nichos y columnas.

Entramos primero a ver la Iglesia, que tiene un pórtico de entrada precioso. Según entras, están a los lados las tumbas de Vasco de Gama y de Luis de Camóes. Las columnas y el techo son preciosos y eso que sólo están elaborados en piedra!





En un lateral hay unas puertecitas, que luego nos enteramos que comunican con otras del claustro y que servían de confesionario, muy curioso! En los laterales del altar, hay varias tumbas reales que se distinguen por los elefantes que las soportan.

Y encantados con la Iglesia, salimos fuera. Justo a la derecha según sales, sacamos el ticket para ver el Monasterio. Cogimos un ticket que combinaba el Monasterio con la Torre de Belém por 8€.

El claustro es realmente increíble! Tan bonito que a penas sabes a dónde mirar... y muy blanco, lo debían de haber restaurado hacía poco porque parecía nuevo. El Claustro fue realizado por tres arquitectos distintos, pero lo cierto es que son tres estilos que se conjugan y solapan perfectamente. Sobretodo sobresale la famosa soga manuelina.







Al lado de la Sacristía, está la Sala Capitular que no dice nada y es bastante fea, con el sepulcro de un historiador en el centro. Cerca de allí, se halla un sencillo monumento conmemorativo con las cenizas del famoso escritor Pessoa.

Una parte comunica con el Coro Alto de la iglesia, que cuenta con una sillería sencilla y un Cristo crucificado que atrae mucho a los asiáticos. Lo mejor de ahí, son las vistas de la Iglesia... no nos cansamos de mirar, es preciosa!

Dimos una vuelta por la segunda planta del coro y dimos por finalizada nuestra visita a este bello lugar.

Desde ahí, tras admirar de nuevo la fachada del Monasterio, fuimos a la famosa pastelería a degustar los "pasteis" de nata. Según sales a la izquierda, ahí está. Los pastelitos ricos ricos, aunque más bien de crema que de nata. La pastelería es muy chula, con azulejos blancos y azules. Podéis ir tranquilos porque es enorme!


Y tan contentos, fuimos a la Torre de Belem. Antes vemos el Padráo dos Decobrimentos que está al lado del Tajo, para cruzar hay que pasar por un subterráneo. Este monumento conmemora la época de los descubrimientos portugueses. Al pie del monumento, un mosaico representa una brújula gigantesca que abarca el mapamundi. 


El monumento simula una proa de piedra, llena de personajes históricos a la zaga del importante Enrique el Navegante, hermano del rey portugués, y que fue el verdadero impulsor de las expediciones marítimas de Portugal.

Desde allí, se ve el Puente 25 de Abril que cruza el Tajo y al Cristo Rei, que está en la orilla de enfrente y que es una copia más pequeña de la de Río de Janeiro.

Desde allí, aun queda un tramo para llegar a la Torre de Belém que originalmente se llamaba "Castelo de Saó Vicente". Fue construida en 1519 para defender Lisboa de los ataques de los piratas, más tarde se amplio para la guarnición, luego sirvió de prisión y aduana.


Se accede a la Torre por una pasarela de madera, y está formada por un baluarte hexagonal y una torre cuadrada. Tiene mucha influencia árabe en su decoración, muchos escudos con la Cruz de Cristo (tiene los cuerpos iguales, símbolo que la Iglesia y el Rey tienen el mismo poder) y otros motivos manuelinos como la esfera armilar o las sogas.

Tras ver la Torre, cruzamos al otro lado de la calle por un puente y en la calle paralela es donde pasa el tranvía. Cogimos de nuevo el 15 para el centro. Lo dejamos en la Plaza del Comercio y desde allí fuimos hacia la zona de la Sé para buscar un sitio dónde comer.

CONTINUARA...

Escapada a Lisboa

Corría febrero del 2010, cuando decidimos tomarnos unos días de desconexión total. El destino elegido fue Lisboa, la capital del país vecino. Fuimos en coche desde Valladolid, así que escogimos el hotel Mundial que estaba más o menos céntrico y con el parking incluido!

Lisboa, la ciudad de las Siete Colinas, nos pareció una ciudad amable y de las que son para pasear y saborear lentamente, sin prisas. El terremoto de 1755 hizó mucho daño, pero afortunadamente han sabido restaurar y mantener su esencia en la mayoría de lugares.

Nuestra llegada fue pasada por agua... pero aún así fuimos a la Plaza del Comercio que estaba en obras, donde está la Oficina de Turismo y de allí a la vecina Plaza del Municipio que nos recordó a París.


Desde allí decidimos ir hacia la Catedral o Sé. Entramos primero a la iglesia de Nossa Senhora da Conceicáo Velha que tiene una fachada preciosa pero un interior anodino a causa del terremoto. Fuimos a ver también la Casa dos Biscos que es de estilo gótico, pero está tan restaurada que parece artificial...  Para llegar a la Sé, nos toca subir las cuestecitas de Lisboa. La catedral parece más un castillo por fuera que una iglesia! Es del siglo XII y está sobre la principal mezquita que había en la ciudad. Fue mandada construir por el primer rey luso, aunque por dentro apenas queda nada y está muy restaurada. La pila bautismal está en una capillita cerrada, y es ahí donde dicen que se bautizo San Antonio de Padua que era lisboeta.


Y tras pasear por la Baixa, vamos al Elevador de Santa Justa, que fue diseñado por un discípulo de Effiel, lo que hace que se dé un aire a la famosa torre de París. Se trata de un ascensor de hierro que sube a la zona de Chiado y que antiguamente funcionaba con máquinas de vapor. Arriba se tienen unas buenas vistas a través del enrejado.

Justo al lado está la Iglesia del antiguo Monasterio do Carmo, que está en ruinas, para que quedé constancia del daño que hizo el terremoto y las nuevas generaciones no olviden... es de estilo gótico y ahora es un museo.

El barrio de Chiado es una zona más residencial y sibarita, en 1988 sufrió un incendio y muchas casas se vieron afectadas, pero lo han restaurado con mucho gusto y lo han dejado casi igual. Paseamos por sus calles, con sus bellas casas de azulejos... en dirección a la Plaza de Luis Camoes que limita con el barrio Alto. Cerca de allí, está la cafetería "A brasileira" famosa por la estatua que tiene en la terraza del escritor Pessoa, y la "Cervejería Trinidade" que es muy bonita también.


Y así dijimos adiós a Chiado, bajando de nuevo en el ascensor de Santa Justa... Fuimos a ver la Estación de Rossio, cuya fachada es preciosa, es de 1887 de estilo neomanuelino por lo que parece más antigua.

Y camino de nuestro hotel, pasamos por la Avenida Liberdade que es la más larga de toda Lisboa y donde se encuentra el Teatro Edén con fachada modernista y reconvertido en un centro comercial. Antes de ir al hotel, paramos en el "A ginjinha", parada que recomendamos a todos los que vayan a Lisboa!!! Es un bar enano donde venden el famoso licor de cerezas... buenísimo!

Una manera perfecta de acabar nuestro primer día en Lisboa.... continuará