Cuando alguien me pregunta los sitios donde he estado, se extraña sobre todo de dos países. Uno de ellos es Azerbaijan al que fui en 2001 con motivo de mi participación en un encuentro entre jóvenes de diferentes países europeos para colaborar en proyectos del Programa Juventud de la Unión Europea.
Recuerdo que cuando me lo propusieron y me dijeron el lugar, casi ni sabía donde situarlo en el mapa y que cuando lo comenté en mi casa pusieron caras largas porque ese nombre como que sonaba a país peligroso... pero decidida, para allá que fui.
Si bien, el tiempo que pasé allí fue básicamente trabajando y reunida en un hotel a las afueras de Baku, si que me hicé un poco idea de esa ciudad en el tiempo que nos dejaron para visitarla.
Mi primera percepción nada más bajar del hotel, es que todo el tema de aduana era un lío y estaba todo lleno de burocracia. Menos mal que estaban los representantes de la asociación de allí esperándonos y nos ayudaron con los de aduanas, porque todo eran pegas y pegas, pero es que para sacar el visado en España tenías casi que contactar con embajadas en otros países porque aquí no había... así que a hacerlo nada más aterrizar.
El trayecto desde el aeropuerto al hotel siempre se me quedará grabado. Se notaba que era un país donde unos vivían bien y el resto mal, pero sobre todo donde el medio ambiente no era ni siquiera tenido mínimamente en cuenta... al lado de la carretera, sobre la tierra había grandes charcos de petróleo, algo ináudito al menos para mí.
Cuando visitamos Baku, me pareció una ciudad con un casco antiguo muy interesante por su pasado persa, calles de estilo europeo con edificios bastante desmantelados, mezquitas modernas (durante la época soviética estuvieron prohibidas) y edificios de claro estilo soviético, en definitiva, una ciudad llena de mezclas y contrastes.
El centro de Bakú está formado por la "ciudad vieja" fortificada que se inscribió, con la torre de la virgen (Qiz Qalasi), y el palacio de Shirvanshahs en el Patrimonio mundial de la UNESCO en diciembre de 2000, y que se ha convertido de este modo en el primer lugar de Azerbaiyán en inscribirse en el Patrimonio mundial. Las calles son irregulares y estrechas; algunas aún no fueron completamente rehabilitadas y reparadas, las que lo están tienen a veces la impronta de una restauración tan enérgica que se vuelve a veces difícil el encontrar a la "ciudad vieja"...
Algo similar a esta mezcla de estilos, es el carácter de sus gentes, los cuales tienen rasgos marcados musulmanes tanto en facciones como en rasgos de su carácter (bastante machistas), pero también guardan rasgos de su pasado comunista como pueden ser la importancia que dan a la burocracia y a la jerarquía.
Baku, un destino al que seguramente nunca pensé ir, pero que realmente me alegro de conocer porque es una de las ciudades más peculiares que creo que he visitado, sobre todo más que por su pasado o atractivos turísticos, por su gente y por su situación actual. Una ciudad que espero que con el tiempo sepan cuidar y potenciar todo su encanto y magia, empezando por cuidar su medio ambiente y su mar, que más que el Caspio parecía el Negro...
MARIA
1 comentario:
Azerbaijan es un pais que tengo ganas de conocer desde hace tiempo, junto con Armenia y Georgia.
Lo que me ha frenado hasta ahora son los engorrosos tramites requeridos para entrar en las republicas ex-sovieticas. Pero creo que esto esta empezando a cambiar (tengo entendido que para Armenia ya no hace falta visado) asi que espero ir por esa zona en un futuro cercano.
Creo que tu experiencia debio de ser muy interesante.
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