16 may 2008

III Diario de nuestro Viaje a México, Jun 07

Ver los post anteriores:


DIA 6:

Nos levantamos a las 5.30h ya que sobre las 6h nos vinieron a buscar para hacer la excursión. A la hora exacta estábamos ya esperando en la entrada del hotel, aún era de noche así que no había nada de movimiento, eso sí, había un montón de ruidos... serían los monos aulladores. No nos extrañó nada que los mayas temiesen tanto a los dioses, porque con esos ruidos... era para tener mucho mucho miedo!

Nuestra furgoneta llegó más o menos a la hora con otros 4 españoles, eran de Barcelona. Del primer tramo del viaje casi ni nos enteramos porque nos quedamos medio dormidos. La primera parada fue para desayunar en un sitio bastante chulo donde por las pintas, debían parar todos los tours ya que al rato se lleno con dos buses de italianos (para nosotros que eran viajes de novios). Era tipo buffet así que cogimos un poco de todo lo que nos apetecía más.

Y seguimos de ruta, el paisaje era un verdadera pasada! Lo peor eran los "vibradores" que hay en los pueblos y que hacen que tengan que frenar mucho, son una especie de bandas en el suelo pero muy muy altas (como el padre de María diría, son guardias tumbados, aunque en este caso muy muy panzudos!).

Llegamos al sitio donde íbamos a comer, el guía nos preguntó que queríamos comer de segundo para así dejarlo todo preparado. Y desde allí mismo, cogimos la lancha que en 45 min nos llevaría por el río Usumacinta hasta las ruinas de Yaxchilán, que están en medio de la selva. Al sentarnos nos dieron un chaleco salvavidas y María al ir a ponérselo noto algo que pinchaba! Vaya susto! Tiró el chaleco corriendoy se cayó el bicho (Alberto no quisó decir que era para no agobiarla más), pero era una especie de alacrán... menos mal que todo se quedo en un susto! El viaje se nos hizó un poco largo porque estábamos deseando poder mirar tranquilamente si había hecho algo el bicho... al final todo bien, sólo escozor.

La lancha nos dejó en unas escaleras, desde ahí no se veía nada de las ruinas, pero normal, había muchísima vegetación! Lo primero que se nota al subir es la biodiversidad que hay, dabas un paso y saltaban mil bichos... así que nos sentimos todo el tiempo con la sensación de que nos picaba todo ;-) Había unas mini ranas muy bonitas, unos ciempiés naranjas fosforito y unas polillas enormes, y por supuesto el ruido de los monos aulladores... aunque nunca conseguimos verlos!

Lo primero que se ve de las ruinas, es un edificio llamado el Laberinto que sirve de casa para murciélagos, y después un edificio que creen era una sauna... no tenían calor? Pues nosotros estábamos medio deshechos!
Desde ahí se llega a la Gran Plaza en la que hay varias estelas, casi todas ellas hablan de la dinastía que gobernó esta ciudad, el rey más importante fue el Pájaro Jaguar IV.

El edificio más importante de este yacimiento es el Edificio 33 que tiene muchísimas escaleras, pero claro nos tocó subirlas ya que lo más importante de Yaxchilán es que la crestería está casi intacta de este edificio así como sus dinteles grabados. Subir es toda una aventura, ya que entre que las escaleras no están muy bien conservadas, y encima había llovido... te resbalabas mucho. Pero merece la pena subir, son preciosos los relieves.










Arriba había un grupo de señoras mayores que vimos que bajaban por otro sitio, así que las seguimos, aunque aún así hay que llevar mucho cuidado con los resbalones allí. Fuimos a dar con el Laberinto, y desde allí hacia la salida. De camino vimos un letrero que señalaba hacia la Pequeña Acrópolis, subimos un poco pero como no estábamos seguros de la distancia al final bajamos hacia la salida, donde nos sentamos hasta la hora pactada con el de la lancha.

El camino de regreso estuvó entretenido con unos niños que se marearon, el de la lancha llevándonos al lado de Guatemala para ver los cocodrilos... nada que ver con el viaje de ida. Nada más llegar, nos estaba esperando ya nuestro chófer que nos llevó al restaurante donde comimos una sopa de verduras (María no comió, es tipo Mafalda con la sopa) y después empanizado de pollo y milanesa de ternera, para beber agua de piña (es como zumo rebajado con agua) y de postre melón y piña. Durante la compi nuestro compis de ruta, nos comentaron que ellos venían de San Cristóbal y que allí hacía fresco, qué alegría!

Y de nuevo en ruta hacia Bonampak. Estas ruinas están dentro de la Selva Lacandona, con lo que nos tocó cambiar de furgoneta para poder entrar. Son unas ruinas más pequeñas y están peor conservadas, pero es que las descubrieron hace nada, en 1946.

Ahí ya no había tanta biodiversidad animal, pero hacía mucho calor al ser una explanada. Hay varias estelas alrededor de la Gran Plaza, pero lo más importante de todo el yacimiento es la pirámide que en su segundo nivel tiene el templo de las Pinturas. Por fuera no dice, pero por dentro es increíble! Ya que en sus tres salas tiene pintura al fresco que son las mejores conservadas el mundo maya, y lo que hace que estas ruinas sólo por eso merezcan más que la pena. Cada sala representa una historia y en sus mejores tiempos, tenía que impactar con la vistosidad de sus colores. Las caras siempre las pintan de perfil, aunque cada figura es diferente. Algunas se automutilan como sacrificio a los dioses tras una victoria guerrera.

Lo peor fue subir y bajar, porque hay tramos en los que apenas están conservadas las escaleras. Y de regreso a Palenque...

De camino, admiramos la belleza del paisaje que era totalmente espectacular! Tras dejar a nuestros compis en Palenque ciudad, nos llevaron hasta el Maya Bell.

Nuestra idea era tomarnos la tarde de relax, leyendo y escribiendo nuestro diario, pero vaya tormetón que se preparó! Se fue hasta la luz. Toda una sensación sentir una tormenta en medio de la selva...

No teníamos claro si nos podrían dar de cenar sin luz, pero al final pudimos cenar allí tranquilamente en un ambiente totalmente romántico, con luz de velas, pero por obligación más que nada! Y tras cenar, a dormir como la gente de antes que se acostaba cuando se iba el sol...


DIA 7:

Nos despertamos pronto y tras recoger nuestras cosas, salimos para ir a la ciudad y coger el bus para San Cristobal de las Casas que salía las 9.30h. Cogimos una combi que tenía un rueda que iba perdiendo aire, pero nos dijó que nos llevaba hacia el centro... y menos mal, llegamos sin problemas, aunque creemos que tendría que cambiar la rueda casi al momento, por su bien.

La estación de Palenque, se notaba que era más de pueblo, era mucho más cutre. Nuestro autobús lo suspendieron... pero menos mal que nos dieron otro, aunque salía un poco más tarde.

El trayecto de Palenque a San Cristobal es toda una aventura, ya que es por carretera de montaña y está llena de curvas. Encima el aire acondicionado iba a tope, así que recomendamos llevar encima algo de abrigo o os pasará como a nosotros que casi nos helamos, la gente llevaba mantas y todo.

Uno de los pueblos por los que pasamos, tenía carteles pro-zapatistas e instaban a la huelga general... si bien esa fue una de las pocas alusiones que vimos a este movimiento durante nuestra estancia en esa zona. El bus hizó una parada de unos 20 min. en Ocosingo, para ir al baño, comer, coger y bajar gente... y de nuevo al bus.

San Cristobal parece que está al lado de las nubes, normal que hiciera allí más fresco. En la periferia tiene un cinturón de pobreza, de indígenas y de gente que ha sido expulsada de San Juan de Chamula por haberse hecho protestantes.

Cuando llegamos, estaba lloviendo a mares! Para coger un taxi al principio, estuvó un poco complicado porque de lo que había llovido en la parada del taxi casi que había un río. Pero al final tuvimos suerte y enseguida llegamos al Backpaper´s Hostel que era donde teníamos la reserva.

Este hostal es una casona con patio interior, y nuestra habitación tenía servicio propio, estaba bien aunque se notaba que allí hacia más frío, pero había bastantes mantas. Dejamos las cosas en la habitación, y tras abrigarnos, listos para descubrir la ciudad!

San Cristobal es una ciudad colonial, de amplias calles (que no aceras) y casas bajas de estilo similar. Subiendo por la calle de nuestro hostal, llegamos a la Iglesia de Santo Domingo en cuyos alrededores está el Mercado de las Artesanías, que son puestecillos donde se vende de todo.

La Iglesia de Santo Domingo tiene una fachada preciosa, desde allí parte el Andador Turístico Eclesiástico. En esta ciudad se nota mucho más la pobreza y las desigualdades, con un montón de niños indígenas que te vendían de todo. De esta zona es muy famoso el ámbar, y a lo largo del Andador hay un montón de tiendas donde lo venden, así como los vendedores ambulantes.

Comimos en un local que se llamaba "Maya café" y que estaba en el Andador, se notaba que estaban un poco desbordados porque tardaron bastante en atendernos. Allí fue donde nos aventuramos a probar los tamales, que iban enrollados en hojas, una de maíz y otra parecía de palmera, aunque la verdad es que no nos gustaron mucho. La verdad es que no recomendamos este local, el servicio no era muy bueno y la comida tampoco.



Seguimos andando por el Andador y llegamos a la Catedral que es de color amarillo y rojo, en la Plaza delante hay una cruz. En esta Plaza había muchos indígenas vendiendo cosas, entre ellas muñecas zapatistas con pasamontañas, que daban un poco de cosa. Esta plaza y la Catedral son preciosas.

Según cruzas la Plaza, está la Plaza del 31 de Marzo que es la principal de San Cristobal y es donde está el Ayuntamiento. Enmedio de la Plaza hay un parquecillo con un templete en el centro. En el Ayuntamiento y en el edifcio de enfrente hay soportales, lo que le da un aire con mucho encanto a la plaza.

Y siguiendo el Andador llegas a la Torre del Carmen con su Convento, la torre es de color rojo y era un campanario que servía para comunicar el Convento de clausura con la Iglesia.

Lo malo es que se nos pusó de nuevo a llover, si bien antes de relajarnos nos tocó buscar agencias para ir al día siguiente al Cañón del Sumidero. Vimos una donde contratamos la excursión para el Cañón y Chiapa de Corzo. Queríamos también ir a Agua Azul pero nos dijeron que sería yendo también a Palenque, así que seguimos buscando...

Al lado del Hotel Santa Clara o Casa de la Sirena, por las figuras que tiene en una ventana esta casona imponente, encontramos otra agencia donde contratamos la visita para San Juan de Chamula y Zinacatán, preguntamos también por Agua Azul pero idem que la anterior.

Preguntamos también en otra agencia que había en los soportales de al lado de la Iglesia de San Nicolás, pero nos comentaron también que lo de Agua Azul sería también con Palenque y Misol - ha... así que decidimos pensarlo. Un consejo para quien quiera verlo!!! Para ir a Agua Azul la visita hacerla desde Palenque, sino es casi imposible! Nosotros de hecho al final nos quedamos con las ganas, pero bueno.

Tras desilusionarnos un poco por lo de Agua Azul, callejeamos y nos metimos en un Centro Cultural que tenía como locales para asociaciones y un bar que se llama "Tierra Adentro" donde nos tomamos unos cafés buenísimos. Nos encantó el ambiente relajado y bohemio del sitio, y tras relajarnos un rato, echamos un vistazo a los locales de artesanía que eran pro-zapatistas.

Paseando por la calle Real de Guadalupe, vimos que allí había muchos locales, restaurantes y tiendas de artesanía muy chulas. Es la calle con más vida de este tipo.

Decidimos volver al hostal un rato a descansar, y más tarde salimos a cenar, pero apenas había gente por las calles. Tras vagar un rato, fuimos a un local muy suyo donde nos pedimos una torta, que estaban buenísimas y eran enormes! Y al hostal. De camino sólo se veían indígenas, se te encogía el corazón viendo a los niños así, vagando sin apenas ropa con el frío que hacía, con sus caritas de sueño y cansancio, intentando vender algo para sacar alguna moneda más...

CONTINUARA....

No hay comentarios: