El aeropuerto de Siem Reap es muy pequeñito, se notaba que es un país muy pobre y donde hace pocos años atrás pasaron por un años muy oscuros de guerras, corrupción, Pol Pot...
Lo primero fue comprar el visado para entrar en Camboya (20$ por persona), como no llevábamos dólares, nos dejaron pagar con €. Eran muy peculiares los policías de aduanas que parecían más bien generales con su sombrero de plato y sus trajes llenos de galones y adornos, mucha burocracia y mil sellos, pero al final nos dejaron pasar.
A la salida del aeropuerto ya nos estaba esperando nuestro guía Tonha, quien desde el primer momento nos pareció muy simpático y atento, cambiamos unos € por riales (1€ = 4,524 riales), por cierto los billetes nos pareció que tenían un poco desagradable y como que estuviesen muy viejos.
Tonha nos va contando cosas del país y de Angkor. La verdad que fue todo un lujo contar con él y nuestro conductor todo nuestra estancia allí sólo para nosotros. El conductor también era muy simpático y atento, y eso que estaba la barrera del idioma... En principio debíamos pasar primero por el hotel, pero Tonha nos propuso ir a ver antes a unos templos, y como nosotros somos unos curiosos natos, pues allá que vamos a ver Angkor.
Angkor es patrimonio de la humanidad, es un parque natural lleno de ruinas de templos de la época de esplendor del Reino Jemer (en su época era de las ciudades más importantes del mundo, pero ahora sólo quedan ruinas de templos, nada de casas o palacios), la naturaleza es increíble con árboles enormes, lagos, monos, termitas... y muchísima vegetación.
Para entrar hay que comprar un pase de 1 día, de 2 o de 7, el nuestro fue de 2 días, para hacértelo es necesario llevar una foto y tienes que llevarlo siempre, ya que te lo piden para acceder a los diferentes templos.
Primero fuimos a ver el Angkor Thom y la Puerta Sur, buff ya nos pareció eso simplemente espectacular! La entrada está franqueada por un camino de estatuas de guardianes y demonios que sujetan una serpiente o naga.
Al primer templo que nos llevó nuestro guía fue al Templo de Phimeanakas (Bayón), es un templo pirámide porque es hinduista. Impresionante con sus cinco torres coronadas por las cuatro caras del Buda. Fue el primer contacto con las escaleras de Angkor, buff cómo costó subirlas. Según nos explicó Tonha los templos hinduistas son en forma de pirámide para imitar a la montaña sagrada de Neru y tienen foso que significa el mar que rodea la montaña sagrada.
Estamos alucinados, este templo es una pasada, tiene como un aúrea de misterio, lleno de decoración, las estatuas que se mantienen te dejan intuir que esto debía ser increiblemente precioso!
Hay muchas representaciones de Apsaras que eran las bailarinas que bailaban y estaban en contacto con los dioses, por eso sólo las podía ver bailar el rey, solían ser hijas de ministros del rey y gente importante.

Nuestra siguiente visita fue a la Terraza de los Elefantes, que también fue construida por Jayabarma VII, era un complejo para celebraciones y espectáculos. El rey se situaba en una especie de terraza, cuyo muro está decorado con muchos elefantes de ahí su nombre, desde la que veía el espectáculo o se dirigía a la gente. Es una explanada abierta, delimitada con cinco torres casi derruidas.
Al lado derecho se puede ver el Templo del llamado Rey Leproso. Es también una terraza en la que en la parte superior está situada un crematorio para el rey Jayabarma VII, por el que se paseaba el cuerpo 1,3,5 veces antes de cremarlo. Lo del Rey Leproso es porque la figura encontrada está sin los dedos de la mano derecha, donde tiene muñones, aunque otra teoría dice que que podía representar a Brama el Dios que decidía si ibas al cielo o al infierno.
La entrada está decorada con galerías en las que hay esculpidas hermosas apsaras y motivos geométricos. Cruzamos las puertas, y la calzada nos va acercando al Templo central, a ambos lados de la calzada hay bibliotecas (había hasta 6), en ellas se guardaban documentos escritos en hojas de palma. También hay lagos artificiales.
El primer templo que visitamos fue el Prasat Kravan, es hindú y está consagrado a Visnut. Es del siglo X (de los más antiguos) y es bastante pequeño. Tiene 5 torres y lo más importante de él es que en 2 torres por dentro se conserva parte del relieve original, en una es de Visnut y en otra de una de sus mujeres llamada Lakshmi. Todos los templos hindúes de Angkor tenían un foso, para protegerlos y para marcar que esa zona era de los dioses.

Y desde allí fuimos al East Mebon, que es también del siglo X y es hindú (de Visnut). Estaba dentro de un lago artificial. En cada terraza tiene un elefante en cada esquin. Había un niño mudo que nos seguía y que se terminó haciendo nuestro amigo, nos regaló unos dibujos y nosotros le dimos algunas monedas (querían sobre todo euros).


Y por último antes de comer, fuimos al Preah Khan que es un templo enorme del siglo XII y que fue una de las primeras universidades. Estaba rodeado por un lago y tiene una naga cogida por guerreros y demonios a a entrada. Tenía una sala donde bailaban las apsaras o bailarinas.


El primer templo de la tarde fue el Srah Srang que era una piscina para el rey, se empezó en el siglo IX pero se acabó en el X. Dentro había un templo flotante, y era para que el rey se purificará en el agua antes de entrar a orar, esto obedecía a una creencia hindú. En la actualidad sólo queda la terraza del lago y el lago pero nada del templo.
Desde ahí fuimos al Banteay Kdei, que es del siglo XII, construido por el rey Jayavarman VII y era un templo público (para todo el mundo). Tiene también las cuatro caras a la entrada típicas de este reinado, y en las ventanas las rejas con sus cortinas (todo ello en piedra) que tanto nos llamaron la atención. Es una unión también entre el budismo y el hinduismo que tanto proclamó este rey, lo único que el rey posterior a él quiso volver al hinduismo y destruyó todos los Budas o los reutilizó.
Tras esto fuimos a ver el Ta Prohm o "el templo de los árboles", también es del siglo XII y fue construido por Jayavarman VII. Es una pasada de templo, tanto por la mano del hombre como por la de la naturaleza. Resulta impresionante ver dónde han nacido los árboles y las formas tan caprichosas que tienen. Tonha nos explicó que al principio se pensó en cortarles para poder restaurar el templo, pero después se optó por conservarles, ya que forman parte del encanto del templo, y restaurar las zonas sin árboles.
Descansamos un rato y nos pusimos frescos, y nos fuimos a comer por ahí. Se nos antojó ir al Hard Rock Cafe así que buscamos la dirección en las guías amarillas. Cogimos un taxi en el hotel para que nos llevará, pero el conductor era un tanto caradura porque cuando le dijimos donde queríamos ir, nos insistió en que él conocía una marisquería muy buena, cuando le dijimos que no, va y nos saltó que el Hard Rock estaba cerrado... cosa que era mentira!
Este restaurante estaba en una zona muy moderna, llena de rascacielos y en plan medio futurista. Ya en el Hard Rock nos pedimos comida más occidental, y aunque fue un poco caro, nos mereció la pena por cambiar de tanta comida asiática. Lo que nos dejó alucinados fue la cantidad de parejitas que había de chico occidental y chica thailandesa... un poco raro, no?
Tras comer, decidimos dar una vuelta para bajar la comida y ver el mercado MBK que es un súper centro comercial, es enorme! Tiene de todo, desde una especie de tienda tipo Corte Inglés, hasta tiendas tipo mercadillo con souvenirs y todo. Mirando mirando, vimos que los zapatos eran muy baratos, así que nos compramos un par cada uno. Y tan contentos, cogimos un taxi para volver al hotel.
Antes de dormir, hicimos las maletas... qué de cosas con tanto regalo! Temíamos pasarnos de peso... Y a dormir, que a las 5.30h sonaba el despertador, para dejar definitivamene Thailandia...


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