Es por eso, que desde el principio tuvimos claro que queríamos algo muy especial. Este sería un viaje donde dejaríamos que nos dieran todo hecho, no en plan mochilero como hasta ahora, no en plan mirar el hostal más barato, sino yendo en plan cuento de hadas...
Optamos por Asia porque aunque Alberto ya había estado en Vietnam, María no conocía ese continente. Y decidimos Thailandia porque era un sitio que nos pareció espectacular y con todos los lujos asiáticos soñados. Cuando fuimos a la agencia de viajes, nos recomendaron un circuito por el Norte + Playas, nos comentaron que Bali era muy bonito, así que optamos por Bali, y lo de Camboya fue culpa de Alberto que mostró unas fotos de Angkor Wat y claro... despertó las ganas de conocerlo... así empezó todo.
DIA 1:
Nuestro primer día empezó despidiéndonos de la familia en Barajas, y directos a facturar las maletas en la T1 en la Thai, qué desastre! Resulta que ya no tenían asientos libres para poder sentarnos juntos, así que empezábamos nuestro viaje separados, pero bueno, que se le va a hacer. Así que una recomendación, si sacáis los billetes con antelación llamar a la compañía aérea con la que voléis para que os dén reconfirmación de los asientos para que asi os puedan dar asientos contiguos y evitar estos ligeros problemillas.
Antes de montar en el avión nos compramos algunas cosillas, y aunque salió con un ligero retraso, no fue mucho. Primero fuimos de Madrid a Roma, en ese trayecto nos pudimos sentar el uno detrás del otro. Casi todos los que íbamos en ese vuelo éramos parejas de recién casados.
En Roma, bajamos del avión sobre una hora, tiempo que aprovechamos para ir al servicio, estirar las piernas y mirar las tiendas. Y de nuevo al avión. En el gran trayecto, ya nos tocó ir separados del todo por varios asientos, menos mal que a ninguno de los dos nos da demasiado miedo volar que sino... Lo que nos gustó mucho fue el trato de los asistentes de vuelo de la Thai que están muy pendientes de ti y son muy muy correctos en todo, no como en otras compañías que dejan bastante que desear...
Nos dieron cascos a todos para poder ver las películas, costumbre ya no tan habitual en todas las compañías, si bien estuvimos casi todas las horas del viaje medio durmiendo. No se nos hizó excesivamente largo las 10 horas de vuelo entre dormir, leer, películas y demás... menos mal.
A las 7.05h de Thailandia (2.05 de España) llegamos a Bangkok. Tras pasar la aduana y recoger las maletas, cambiamos algunos euros en baht. Al salir ya nos estaba esperando un chico de la agencia de viajes (Coco) junto con otras tres parejas y ya todos juntos nos dirigimos al hotel, que estábamos muertos! Vaya bofetada de calor al salir del aeropuerto a la calle y eso que estaba lloviendo, increíble!
Vaya ciudad, está llena de rascacielos y con un tráfico de locos! Tras quedar a las 16.00h con Coco en la recepción para salir por ahí, nos subimos a la habitación a descansar un rato. Vaya lujo de vistas, todo el río justo a nuestro lado!
Y así, un tanto desubicados, nos echamos un rato en nuestra mega cama a dormir un poco que el cansancio se nota...
HOTEL ROYAL ORCHID SHERATON - BANGKOK
DIA 2:
Levantarnos nos costó más de lo que pensamos al principio, pero después de ducharnos, nos fuimos despejando poco a poco. Y un poco adormilados aún bajamos a dar una vueltilla por las cercanías del hotel, buff qué calor súper húmedo notamos nada más salir a la calle y es que allí en todos los sitios tienen el aire acondicionado muy fuerte.
Paseamos hasta la orilla del río Chao Phraya y nos quedamos alucinados con el trajín de barcazas llevando y trayendo gente, y también del paso de grandes barcos con mercancías. Y es que así a primera vista uno se da cuenta que el río es una vía muy importante de comunicación en esta mega urbe.
Como eran las 15.00 y habíamos quedado con nuestro guía a las 16.00 en la recepción del hotel, decidimos comer un tentempié en un sitio que nos pareció chulo por donde habíamos estado paseando, donde decidimos sentarnos y pedirnos dos sándwichs y nuestras primeras cervezas thailandesas, "shang", estaba buena y es fuerte, tiene 6º. El lugar era muy chulo, una terraza al lado del río, así que mientras comimos y charlamos estuvimos distraidos con el movimiento continuo del ir y venir por el río.
A las 16.00h estábamos ya en la recepción, donde nuestro guía que hablaba muy bien español y era muy gracioso, nos dijó que como la otra pareja estaba mala pues el plan de la tarde de ir a un masaje y después cenar en un crucero por el río, pues se fue al traste, porque sólo para nosotros dos no se podía hacer, pero bueno. No pasó nada. Fuimos a darnos el masaje tradicional thailandes que era lo que más ilusión nos hacía, y después ya cenaríamos en algún sitio.
El tráfico en Bangkok es infernal, y cuando salimos del hotel camino del masaje más, pues estaba lloviendo mucho, pero bueno, hay que conocer la realidad del país. Lo que también se percibe es que no es una ciudad para pasear o andar, pues las aceras son mínimas y en muchos sitios entre cables y demás el ir andando sería muy complicado.
En el sitio de masajes que fuimos, pagamos 900 bath por persona, que nos dieron derecho a 2 horas de masaje. Antes del masaje, unas chicas nos pidieron que nos descalzaramos, nos pusieramos unas chancletas, nos lavaron los pies, y acto seguido nos llevaron a una habitación. Al ser pareja nos llevaron a los dos juntos. En la habitación, había unas colchonetas en el suelo con una especie de pijamas, que nos tenemos que poner para que nos puedan dar el masaje. Y listos!
En dos horas, te masajean absolutamente todos los puntos del cuerpo, desde los dedos del pie hasta la cabeza. Eso sí, no es relajante, si hay algun punto que te duela, te dolerá, no es relajante, es curativo! Para finalizar, nos dieron un té, y después nos pusieron un paño húmedo impregnado en eucalipto en la cara, que te abre los pulmones y te deja ya sano del todo. Una pasada!
Cuando salimos del masaje, el guía nos llevó a uno de los mercados nocturnos, que no estaba muy lejos pero como había mucho tráfico pues tardamos pero bueno. Ese mercado es conocido como el de la Noria, según nuestro guía no es tan turístico, pero hay de todo, y antes de que se fuera le consultamos precios de taxis y "tuctus" para regresar después al hotel.
La verdad es que había de todo en ese mercado, como nosotros desde Bangkok íbamos al Norte y después volvíamos, para no ir tan cargados, decidimos, mirar y comparar y dejar si eso las compras mejor para la vuelta.
Al lado del mercado había una plaza llena de terrazas donde habían puesto una pantalla gintante para seguir el mundial de fútbol que se jugaba ese año, y es que eran unos verdaderos forofos!
Tras curiosear, optamos por ir a cenar a un thailandés que parecía muy familiar y muy poco turísitico, y estaba todo muy muy rico. Pedimos fideos chinos con setas y gambas, una especie de pollo empanado, rollitos de primavera y tiras de cerdo fritas con sésamo.
Para volver al hotel, optamos por un "tuctu" que son una especie de moto con un remolque detrás, donde te montas. Menos mal que sabíamos el precio, porque nos pidió el triple! Tras un viaje de infarto, donde casi le hacemos un agujero de tanto frenar... llegamos al hotel. Y tras curiosear un rato las guías, excursiones y demás, pues a descansar que la aventura sólo acababa de empezar.
DIA 3:
Nos levantamos a las 8.10 porque habíamos quedado en la recepción a las 9h con nuestro guía. Ese día teníamos excursión al Palacio Real y a los tres templos más importantes de Bangkok. Bajamos a desayunar antes de irnos, el desayuno es lo mejor del hotel, una pasada! Es en plan buffet libre, con todo tipo de cosas: frutas, zumos, comida japonesa, huevos cocidos, fiambre, tortillas, repostería... de todo.
Salimos de desayunar y nuestro guía, ya nos estaba esperando en recepción. Nos vamos en una furgoneta con otros españoles. Nada más salir del hotel, se pone a llover, y buff qué manera de llover! Tenemos suerte y en el trayecto hasta el Palacio Real la cosa mejora y para de llover. Hay muchos turistas en el complejo, antes de entrar, compramos agua y es que en esta ciudad el calor es muy intenso.
En la visita, vemos todos los monumentos importantes, sobre todo los que son monumentos religiosos. El templo donde se encuentra el Buda Esmeralda es impresionante. Es el lugar más sagrado para los thailandeses. El Buda está fabricado en una pieza de jade, aunque el guía nos confiesa que es una reproducción exacta, el verdadero está en un museo por razones de seguridad. Para entrar en el templo, hay que descalzarse (como en casi todos los budistas) y vestir correctamente brazos y piernas tapados (para esta excursión de hecho nos recomendaron vestir pantalones largos y blusa). Las paredes están decoradas con frescos que relatan la vida de Buda, "el Ramayama".
Es un sitio precioso, con edificios súper labrados, con cúpulas doradas y mosaicos, muchas figuras de titanes que sujetan la base de las estupas... un sitio donde alucinar con cada detalle.
El guía nos contó cosas de la religión budista. Sus tres animales sagrados con el mono, el elefante y la serpiente. A Buda, se le hacen ofrendas de flores, sobre todo de flores de loto, comida, agua, incienso, y se le piden cosas, deseos... y luego las ofrendas se reparten a los pobres.También visitamos el edificio donde se corona a los reyes de Thailandia, ese año celebraban los 60 años en el trono del rey que había en ese momento, y había fotos y banderas del rey Rama IX por toda Thailandia. De hecho, los jueves nos dijeron que se ponían todos una camisa amarilla en honor a su rey, increíble!
Salimos de ver el Palacio Real, qué calor! De ahí fuimos a ver el Templo del Buda Reclinado. Es un Buda enorme que mide 47 metros y es de bronce recubierto de pan de oro. Primero construyeron el Buda y después el Templo. El guía nos contó que la gente pide deseos echando monedas en una especie de cazuelas que están puestas en fila a lo largo del Buda mientras rezan, eso si, antes de entrar, tienes que descalzarte.
Desde ahí, fuimos a ver el Templo de Mármol que fue la primera Universidad de Thailandia. Allí se enseñaba el arte del masaje thai. Hay edificios en los que a través de dibujos y placas, se enseñan las partes del cuerpo humano. El Templo está construido con mármol de Carrara (Italia) de ahí su nombre. Entramos y el guía nos cuenta que en ese templo fue donde el actual rey Rama IX pasó sus días de monje.
Salimos de ver el Palacio Real, qué calor! De ahí fuimos a ver el Templo del Buda Reclinado. Es un Buda enorme que mide 47 metros y es de bronce recubierto de pan de oro. Primero construyeron el Buda y después el Templo. El guía nos contó que la gente pide deseos echando monedas en una especie de cazuelas que están puestas en fila a lo largo del Buda mientras rezan, eso si, antes de entrar, tienes que descalzarte.
Desde ahí, fuimos a ver el Templo de Mármol que fue la primera Universidad de Thailandia. Allí se enseñaba el arte del masaje thai. Hay edificios en los que a través de dibujos y placas, se enseñan las partes del cuerpo humano. El Templo está construido con mármol de Carrara (Italia) de ahí su nombre. Entramos y el guía nos cuenta que en ese templo fue donde el actual rey Rama IX pasó sus días de monje.
Tras salir de la visita, nos vamos todos a comer comida thai con nuestro guía y el conductor. Todo muy bueno, aunque se nota que de los españoles nosotros somos la pareja a la que menos asco nos da la comida asiática, por cierto la tortilla thai está muy buena, el zumo de sandía y el arroz también están muy ricos.
Tras descansar un rato, y charlar con el guía que es todo un fichaje (era un bromista), fuimos paseando hasta la Fábrica Nacional de Piedras Preciosas de Thailandia. Primero nos pusieron un vídeo de como se extraen las piedras, gracias a él, descubrimos que Thailandia es el principal país de producción de diamantes, rubíes y esmeraldas del mundo. Después pasamos a ver cómo los joyeros pulen las piedras, como engarzan en el oro esas piedras, etc. Luego te pasan a una cafetería donde nos invitaron a un café y finalmente a una galería donde venden miles de joyas, la mayoría con precios para caerse de espaldas, pero luego hay otras con unos precios más asequibles que es donde la mayoría de la gente termina comprando jajaja.
Con el tiempo justo, porque a las 17h cierran los templos, vamos al último que nos queda por ver: el Templo del Buda de Oro. Es una figura de Buda de Oro macizo de 4,5 toneladas. La zona y el edificio donde está es muy normalito, pero la verdad es que merece la pena verlo. Está dentro de un complejo donde se celebran funerales y también viven monjes.
Tras finalizar la excursión del día, el guía nos da varias opciones para hacer pero como las parejas con las que vamos parece que quieren ir de compras pues nos deja en un sitio donde venden falsificaciones de relojes marca algo que es muy normal en Thailandia, al menos cuando nosotros estuvimos. En la tienda que estuvimos tenían falsificaciones de relojes, bolsos y gafas de marcas de prestigio pero la verdad es que a nosotros eso no nos atrae mucho, ni lo auténtico ni lo falso, preferimos la artesanía pero fue curiosa la experiencia porque parecía que de un momento a otro iba a venir la policía en plan película.El guía nos dijó que la tienda de falsificaciones estaba cerca de nuestro hotel, asi que decidimos volver andando desde allí al hotel, pero la verdad es que nos liamos un poco y encima con ese calor cualquier distancia por corta que sea, se hace eterna pero al final llegamos.
Tras darnos una ducha reparadora y descansar un rato, decidimos ir al Mercado de pa Phont tomando un taxi en recepción. Este mercado es tristemente famoso por sus espectáculos de "ping pong show". Paseando por él, se te acercan a ofrecerte de todo y eso que vamos de la mano, tanto a seas chica como chico, es la pera! Pero todo de buenas maneras y sin ser muy pesados, lo que es de agradecer, es un poco triste lo que se entreve en los bares, pero bueno, forma parte de la realidad de esta ciudad, lo triste es los occidentales que van a aprovecharse de esas pobres chicas.
En el mercado hay cosas muy chulas, falsicaciones de todo, relojes, camisetas, bolsos, gorras... tomamos nota de las cosas que podemos comprar. Estamos cansadillos y como llevamos dos comidas thais, decidimos comer algo más occidental, por lo que nos decidimos por un Mc Donalds donde casi nos congelamos y es aquí se pasan con el aire acondicionado pero bueno.
Y después para el hotel que mañana nos toca madrugar mucho, a las 6h en pie! Qué cansancio sólo de pensarlo...
DIA 4:
Nos levantamos prontito y fuimos de los primeros en bajar a desayunar, pero bueno todo era por ir a ver el Mercado Flotante, asi que merecia la pena! Nos fueron a buscar al hotel con una furgoneta que nos llevó a otro hotel con más españoles y donde nos esperaba un bus con guía.
El Mercado Flotante que íbamos a ver no estaba en Bangkok sino fuera, el guía nos indica que es que porque éste aún conserva un poco de su carácter tradicional. Estos mercados se desarrollan sólo por las mañanas, ya que suponen un trueque de alimentos entre las mujeres para poder preparar la comida familiar.
De camino al mercado, paramos en un sitio donde nos muestran como se utiliza el coco. De la flor del coco, salen una especie de filamentos que es de donde se elabora la azúcar de coco, y con la pulpa tras extraerse y hervirse, se elabora la leche de coco. Ahí también observamos un pequeño invernadero de orquídeas, muy curioso, la planta es como una caña de bambú!
Desde allí, fuimos directos hasta la explanada donde cogimos la lancha motora para yendo por canales, llegar al Mercado Flotante. Paseando por los canales, observamos algo del modo de vida de estas gentes y sus casas. En todas tienen como una especie de casita, esto nos explican que es porque antes del Budismo estaba el Animismo y esta práctica sería de esta religión. Es la Casa de los Espíritus, en ella depositan ofrendas para tenerles contentos.
Cuando llegamos al Mercado Flotante, cambiamos la lancha por una barquita de remos. Vaya locura de barquitas! Nos llevan por un canal y los de los puestos te van atrayendo hacia ellos para que les compres, una locura! Lo que no nos hace mucha gracia es lo del regateo pero aquí es asi, asi que suerte!
Tras comprar alguna cosilla y sentir lo que es comprar en este mercado, nos compramos dos mangostinos para probarlos, es la fruta tradicional de aquí, tiene una cáscara muy dura, y lo que se come son los gajos de dentro, está muy muy bueno. La verdad es que la fruta es muy diferente a la que estamos acostumbrados, pero muy buena.Desde el Mercado Flotante, cogimos otra vez el bus y nos llevaron a un Centro de Artesanía de Teca, una pasada! Primero vimos como lo tallan y luego hay una tienda de muebles, donde tienen unos muebles impresionantes pero con unos precios inasequibles y después otra más asequible.
Y ya desde allí, nos llevaron a Nakhon Pathom que es la ciudad más antigua de Thailandia y donde se halla la famosa Phar Pathom Chedi con 127m de altura, hacía un calor horrible! La lástima que es con la celebración de los 60 años de la coronación del rey se ve más el cartel del rey que el templo, pero bueno.
Ahí nos separamos del grupo con el que íbamos, y nos llevaron en una furgoneta hasta Bangkok. Nos dejaron al lado del Palacio Real, con un calor horrible, para que pudieramos coger el barco que nos cruce hasta el Wat Arun al otro lado del río que era donde queríamos ir. En esa calle venden pescado seco, y entre el calor y el olor, casi nos da algo, pero bueno...
El Wat Arun es un templo que parece más antiguo ya que no está muy bien conservado. Es de escayola y está recubierto de porcelana china, ya que se hizó cuando empezaron las relaciones comerciales con China.
Para llegar al hotel, nos tocó volver a cruzar el río y esperar el barco que nos lleve a nuestra parada. Por fin llegamos, así que optamos por ir al restaurante de nuestro primer día más occidental y comer una hamburguesa y un sandwich.Y con el estómago lleno, nos vamos al hotel donde nos damos una ducha reparadora y nos echamos una siesta que con tanto trajín y ese calor estábamos muertos. Ya por la tarde, decidimos volver al Mercado de la Noria a dar una vuelta y cenar algo.
Lo que nos parece un poco sospechoso son la cantidad de "parejitas" de chicos occidentales con chicas thailandesas, no sabemos, pero nos hacen pensar un poco mal, quizás sea el cansancio, ojalá! Y ya cansandos, nos volvemos al hotel en taxi que al día siguiente empieza nuestra ruta por el Norte de Thailandia!
DIA 5:
Buff, a las 5.30h ya estábamos en pie, menos mal que el día anterior dejamos la maleta hecha. Nos trajeron el desayuno pic-nic a la habitación que no estaba mal pero estaba mucho mejor el desayuno del hotel, lo único que al ser tan pronto aún no lo servían.
A las 6h ya estábamos en recepción ya que empezábamos el circuito por el Norte, por ahora nos tocaba decir "hasta pronto" al Royal Orchid Sheraton y a Bangkok.
Nos vinó a recoger una furgoneta y nos llevó a otro hotel, donde nos reunieron con otros 20 españoles con los que haríamos el circuito y ya nos montan en el bus. Nuestra guía se llamaba algo parecido a "Conchi" y siempre se estaba riendo. Nos explicó un poco el planning del viaje y nos planteó tres excursiones opcionales: paseo en elefante, carro de bueyes y lancha de bambú; masaje thai; y excursión a la antigua Birmania para ver el mercado de allí y la reproducción del templo más importante de Rhagun y otro chino... ya veríamos que haríamos. En ese momento, nos quedamos fritos en el bus hasta la primera parada del día.
Paramos en Kanchanaburi, allí visitamos el Museo de Guerra Jeath. Se llama así por las iniciales de los países involucrados: Japón, England, America, Australia, Thailandia y Holanda. Se trata de un barracón que viene a imitar los campos de concentración y tiene expuestas fotos y pinturas de los prisioneros. Al lado está el cementerio de los prisioneros de guerra aliados, en una de las tumbas había una frase que nos impresionó "él murió para que nosotros pudiéramos vivir...", sin palabras.
Desde ahí nos llevaron a ver la reproducción del Puente sobre el Río Kwai, el verdadero se halla a 200m pero está destruido por las bombas que tiraron los americanos. Este puente lo construyeron los prisioneros de los campos de concentración japoneses, para crear una línea de tren que comunicará Thailandia con Birmania. Dicha obra en condiciones normales habría durado unos 4 años, así duró unos 16 meses.
Allí mismo cogimos el llamado "Tren de la Muerte" que nos llevó durante una hora y media, el paisaje era impresionante. El viaje termina una vez que se pasa otro puente que construyeron al lado de un desfiladero y que fue donde más prisioneros murieron por la dureza de la obra.
Ahí mismo comimos en un restaurante local comida thai, que estaba bastante buena. Al lado de la vía del tren, en una cueva había un Buda, así que en la sobremesa fuimos a verlo. Y tras la comidad, continuamos el viaje a Ayuttaya, que fue la segunda capital de Thailandia. En el viaje, entre el madrugón y el calor, nos quedamos dormidos, luego el cuello pasó factura.
Ayuttaya parece una ciudad más residencial, o al menos estaba muy bien acondicionada. La cruzan tres ríos, y está dividida como entra la zona de la isla y la zona de fuera. En la zona interior es donde se hallan las ruinas de los templos más importantes y donde se hallaba el Palacio Real, si bien a consecuencia de la ocupación de los birmanos está todo en ruinas y el Buda principal fue expoliado de su oro, que es ahora el que recubre el templo de Rhagun en Myanmar (antigua Birmania).
Antes de ir al hotel, fuimos a visitar las ruinas del Wat Chaiwattanaram que son impresionantes. Están mejor conservadas que las otras porque están en la zona exterior y por ello no sufrieron de lleno la ocupación birmana. Este templo es de estilo camboyano y se da un aire que recuerda a Angkor. Nuestra guía nos comentó que dos de las torres guardan las cenizas de un príncipe que se acostó con la concubina de su padre y éste, mató a los dos enterrándoles en dos "chedis" gemelas.
Cuando íbamos a visitar otro templo, se pusó a llover, con lo cual al final nos fuimos directos al hotel "Krungsri River" que no era igual que el de Bangkok pero no estaba mal. Tras darnos una ducha reparadora y antes de cenar, fuimos a ver las ruinas iluminadas del conjunto Patrimonio de la Unesco, lo malo es que estaba lloviendo un poco y no lo pudimos apreciar mucho, pero bueno al día siguiente lo visitaríamos de nuevo tranquilamente.
La cena en el hotel fue un poco más occidental, lo cual se agradeció. Y tras cenar a dormir, que el cansancio de tantas horas en el autobus se notaba y al día siguiente a las 8h empezábamos de nuevo la excursión.
DIA 6:
Tras desayunar, empezamos ya nuestra visita de dos templos de Ayuttaya. El primero, el Wat Phra Mahathat que es famoso sobre todo porque cuando la ocupación birmana, destruyeron una figura de Buda, y tiempo después, su cabeza apareció entre las ramas de un árbol, muy curioso.
En el complejo, se halla una capilla con una de las imágenes más grandes del país de Buda, es bastante moderna la estructura exterior pero es que por lo que nos contaron estaba totalmente destrozada y tuvieron que reconstruirla.
Mientras esperábamos que la gente llegara al punto de encuentro, la guía (Conchi) nos preparó una especie de bocadillos dulces con una cosa que sabía parecido al algodón de azúcar. Camino del autobus, pasamos al lado de un mercadillo y Conchi nos estuvó explicando un poco cómo se preparaba el pescado: primero se le salaba, luego se le secaba al sol, y cuando tú lo compras, la gente lo fríe.
Ya en el autobús, Conchi nos comentó un poco las diferencias entre el Budismo Thailandés y el del Tibet. Si entendimos bien, el del Tibet cree en la reencarnación de Buda y en la reencarnación constante hasta llegar a la perfección. El thailandés cree que sólo hubó un Buda y que depende de ti ser bueno o no.
También nos contó alguna de las penurias del infierno según sean tus pecados. Si no haces caso a tus padres, te conviertes en un demonio lleno de agujeros y te mueres de hambre ya que se te se sale la comida. Lógico que aquí cuiden bien a los padres!
La fiesta principal es en Abril, es por una fiesta hindú. Había un monje muy sabio al que un demonio retó con tres preguntas, si las adivinaba el demonio moría, sino moría él. El último día, el monje huye al bosque porque no las sabe, allí escucha a dos pájaros que se preparan para el banquete del día siguiente, cuando se coman al monje, pero claro, dicen las respuestas con lo que se entera el monje y al final gana él. Una vez que muere el demonio, el monje debe regar toda la zona para que su sangre no queme al mundo... por eso, esos días de Abril se moja todo el mundo para evitar la destrucción del mundo. Bonita historia, no?
La siguiente parada en nuestro recorrido fue en Lopburi, es una ciudad llena de monos. Allí visitamos el santuario Prang Sam Tod que es hindú pero lo han vuelto budista y es donde viven los monos. En ese templo, había imágenes de un dios hindú con forma de falo. Conchi nos contó que antes, las chicas antes de casarse, tenían que ir allí y antes por el falo del dios...
Antes de abandonar esta ciudad tan "mona", fuimos a ver el recinto donde dan de comer a los monos y donde duermen. Allí nos encontramos con una fiesta por la ordenación de un monje. Una vez al año, celebran la fiesta de los monos y les dan una comilona, increíble!
De camino a Kamphang Phat, paramos a comer en un restaurante muy idílico en plan choza en un lago, si bien se notaba que ya estaba empezando a saturarnos tanta comida thai.
Kamphang Phat es un Parque Histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue un conjunto de poblados cada cual con su templo. Destaca el Templo de los Elefantes, ya que dicho animal se halla en toda la cornisa que rodea al templo.
Y desde allí, y ya con algún que otro picotazo nos dirigimos hacia Sukhothai que fue la primera capital de Thailandia. El hotel nos da un cóctel verde de bienvenida nada más llegar, es el Pailyn Sukhothai.
Después de descansar un ratillo y darnos una ducha que en este país se agradece tantísimo, bajamos a cenar. Era buffet libre, pero también comida thai. Y antes de irnos a la cama, salimos con otras parejas del grupo a la terraza a tomarnos unos combinados, el mejor de todos el mai thai servido en la piña, rico rico! Y a descansar que estábamos muy cansados.
DIA 7:
Nos levantamos temprano como todos los días en nuestro tour por Thailandia, esta vez a las 7.15h y ya se notaba el calor. Desayuno más o menos como el de todos los días, zumito, cáfe con leche evaporada, algo de fruta (la piña de aquí es espectacular), unos pastelitos y listos.
En el autobús ya nos esperaba Conchi, esa mañana nos dirigimos al Parque Histórico de Sukhotai que fue la capital del primer Reino Thai. Es un parque precioso lleno de ruinas (21 yacimientos), de estanques y bonitos paseos por el cesped. Este parque está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Templo más grande es el Wat Mahathat que era el más importante y centro espiritual de la ciudad, y está rodeado por un foso, es de estilo camboyano o jemer.
Seguimos paseando por el parque en una especie de trenecillo que nos lleva de una ruinas a otras. Visitamos otras ruinas que se llaman Wat Sa Si que se situán sobre una isla, este templo alberga un gran Buda y una chedi junto con unas columnas de las ruinas de un wihoan.
Salimos del Parque y ya con el autobús, nos dirigimos a las afueras de la ciudad para visitar otro Templo, el Wat Si Chum que tiene un Buda enorme de 15m y que según cuenta la leyenda el rey se subía a su espalda para desde allí hacer que hablaba y animar a sus tropas para la batalla.
Otra vez en el autobús, con camino a Lampang, cada vez más hacia el Norte de Thailandia. Las dos horas y media que dura aproximadamente el viaje las aprovechamos para dormir en su mayor parte. Y una vez que llegamos, antes de nada a comer.
Tras la comida, fuimos a visitar otro Templo, en el que se da la peculiaridad que a través de un agujero en una de las ventanas del templo, se refleja una pagoda que hay enfrente. Es un juego de luces muy curioso, si bien lo más gracioso fue el viejecillo que no paraba de explicarnos todo como si le entendiéramos cuando evidentemente sólo Conchi entendía thailandés pero bueno.
Otra vez al autocar, ese día fue mucho de bus pero claro estábamos avanzando a pasos agigantados hacia el Norte, hacia el Triángulo del Oro... La siguiente parada para estirar las piernas fue en el Lago Payao, donde paseamos por la orilla del Lago y aprovechamos para comprar algunas cosillas.
Ya nos iba quedando menos para llegar a nuestro destino: Chiang Rai, allí pasamos dos noches. Estábamos deseando llegar para ir al masaje que esa noche teníamos como excursión opcional y que habíamos decidido hacer.
Llegamos sobre las 18h al Dusit Island nuestro hotel, que era mejor que el de los días anteriores. Teníamos tiempo libre hasta las 19h para ir al masaje.
Al masaje fuimos todos los del grupo para que nos apretarán todos nuestros músculos y articulaciones, que falta nos hacía, sobre todo ese día que habíamos pasado tantas horas en el autocar. El masaje de ese día era con aceites y también de pies.
Entramos al local y una mesnada de solicitas masajistas thai nos estaban esperando para lavarnos primeramente los pies y luego pasar por parejas a una habitación con colchonetas en el suelo. Primero nos mandan ponernos unos pijamas y tumbarnos boca arriba, allí van a por nuestros pies, los dan de aceite y los manosean, aprietan, frotan y finalmente los punzean con un palito, la verdad es que duele un poco.
Y después te masajean el resto del cuerpo, con música de fondo. La sesión duró 1.30h, y partimos con una sensación de llevarnos el cuerpo recuperado y el espíritu en paz, jajaja. Antes de irnos, nos dieron un té y unas pastitas, mientras nos devolvían nuestra ropa y nuestros zapatos.
Y desde allí al hotel a cenar, que es de buffet libre aunque sigue siendo también de estilo thai. Se nota que estamos todos cansados porque todos ese día nos retiramos antes a la cama.
DIA 8:
Para no variar, ese día también nos tocó madrugón. Tras desayunar, pusimos un bote común de 100 baths todas las parejas del tour para comprar cosillas para los niños de las tribus que íbamos a visitar a lo largo de esa mañana.
La primera parada que hicimos, fue para cambiar el bus por una especie de 4x4, aunque más bien parecía que íbamos de safari cutre. Nuestro conductor se parecía a la versión thai de "Chiquito de la Calzada".
Nuestra primera visitar, fue a una especie de de Guardería. Había cada niño más guapo! Nos cantaron y bailaron un par de canciones y nosotros les cantamos la canción del elefante que previamente nos había enseñado nuestra guía en thailandés. Buff, por un lado esta visita nos gustó pero por otro parecía que eran un espectáculo más o como si fuera para decir qué buenos que somos los occidentales que les llevamos un par de cuadernos y bolis a los niños pobres... pero bueno.
Tras montarnos de nuevo en el coche, subimos por las montañas para ver las tribus aunque ya están muy modernizadas y daba la sensación de que se disfrazaban para los turistas, aunque imaginamos que para ver las tribus tribus tendríamos que ir a la selva virgen. Además también nos comentó Conchi que el gobierno de Thailandia hace todo lo posible para acercar a la sociedad a las tribus, no como en Birmania donde no se las considera ciudadanos.
La primera tribu que visitamos fue la Mao. Parecía como si hubiéramos llegado antes de tiempo y no les hubiese dado tiempo a disfrazarse o poner el chiringuito... un poco triste. Esta tribu lleva un gorro con unos pompones rojos muy graciosos.
Desde allí fuimos a ver un poblado de los Akha, éste parecía un poco más real. Esta tribu proviene de China. Antiguamente los hombres sólo fumaban opio y las mujeres eran las que lo hacían todo, también se diferencían porque comen carne de perro. Las mujeres llevan unos gorros plateados de lo más curioso, y las más mayores tienen los dientes negros de tanto masticar hoja de betel con cal y tabaco.
Y así terminó nuestro contacto con estas tribus de montaña tan civilizadas, se notaba un ambiente general de decepción... Desde los Akha nos llevaron al punto de encuentro con nuestro autobus, y una vez montados fuimos a Mae Sai que es el pueblo fronterizo con Birmania. Allí comimos pronto en un hotel para cruzar después la frontera, nos hizó mucha ilusión!
Tras la comida, cruzamos la frontera a pie con Birmania. Nunca pensamos que se podría notar tanto el cambio! Conchi llevaba razón, se notaba muchísimo la diferencia entre Birmania y Thailandia en cuanto avance tecnológico.
Cogimos un tuctuc para cada pareja, y se notó muchísimo que éstos eran mucho peores. Lo que nos chocó es que mucha gente llevaba barro en la cara, nuestra guía nos explicó que era resina para protegerse del sol, y también era muy curiosa la falda que llevaban, aunque se notaba que eran muy amantes de su intimidad y no les gustaba que les hicieran fotos.
Visitamos tres templos, el primero era un Monasterio de tipo chino donde había monjas que también llevaban la cabeza rapada. Aquí la gente dona cajas doradas y dinero para que se quemen, para los muertos. Conchi también nos explicó que en los templos chinos siempre hay 3 Budas para representar el pasado, presente y futuro.
El segundo templo es birmano. En las paredes había escenas de la vida de Buda y la verdad es que nos recordó mucho a la de Jesús a simple vista. Conchi nos explicó que los Budas birmanos tienen tres colores: blanco para el cuerpo, dorado para el traje y negro para el pelo. Delante del Buda principal había varios en pequeñito que según te movías, parecía que te seguían con la mirada.
Y al último templo al que fuimos estaba en lo alto del pueblo y es una réplica del principal de Rhagún con su pagoda de oro. Allí nos hicieron realizar un ritual, para ello primero nos preguntaron cuál fue el día de la semana en que nacimos y dependiendo del día cada uno fuimos a una especie de altar. Allí ofrecimos una especie de ramillete de flores, una vela y 3 barritas de incienso. Después arrodillado, debes inclinarte 3 veces según nos iban indicando. Luego regar con un vasito tres veces a un Buda reclinado y luego a otra figurita, posteriormente dar 3 golpecitos con un martillo en un gong y por último ir a la campana y dar 9 veces en ella... fue muy curioso.
Cuando íbamos en el tuctuc desde este último templo al mercadillo, se pusó a llover, así que nuestro conductor, lo paró y pusó una especie de plástico para que nos nos mojaramos, fue de lo más curioso sobre todo porque el tuctuc era bastante cutre pero el señor resultó ser de lo más amable!
Nos dejaron al lado de un mercadillo, pero estaba lloviendo tanto que no tenías ganas de ver nada, pero bueno aún si nos dimos una vuelta y alucinamos porque no pararon de ofrecernos tabaco, películas porno y viagra!
Y de nuevo a cruzar la frontera con Thailandia a pie. Ya en el bus de nuevo nos dirigimos al Triángulo de Oro, o lo que es lo mismo, la frontera natural que hace el río Mekong entre Laos, Thailandia y Birmania. Allí nos tocó subir unas escaleras un tanto empinadas para ver un Templo con un Buda más típico del Norte (está un poco más gordito) y seguimos subiendo para ver desde el mirador las vistas, es muy bonito!
Abajo de la montaña hay puestecillos, donde aprovechamos para curiosear y comprar algunas cosillas. Y de nuevo al bus para regresar a Chiang Rai, en el camino juegan al bingo si bien Conchi nos explica que el juego está prohibido en Thailandia por eso en el Triángulo de Oro en la zona de Birmania hay un bingo donde va mucha gente de Thailandia a jugar.
Al llegar al hotel, la mayor parte del grupo decidimos darnos una ducha rápida e ir luego a ver el mercado de Chiang Rai. No es excesivamente grande pero está bastante bien, y caímos en la tentación de comprar alguna cosilla.
Esa noche al llegar al hotel a cenar nos llevamos la grata sorpresa de que la comida fuese un poco más occidental, así que tras disfrutar cenando y charlando con nuestros compis de viaje, nos fuimos a descansar que estábamos agotados.
DIA 9:
Para variar, también nos tocó levantarnos pronto. Dejamos las maletas en la puerta de la habitación para que las metieran en el bus y bajamos a desayunar. Y tras el desayuno y confirmar que las maletas estaban en el bus, fuimos al embarcadero del hotel donde nos montamos en una lancha que nos llevó por el río Kok hasta la tribu Karen.
Lo de las lanchas a María no le hacen mucha gracia pero bueno, al final llegamos bien, y cuando llegamos al poblado ya nos están esperando. Tenían unas serpientes enormes para que te pudieras hacer una foto con ellas si querías, pero vamos, como que no.
El concepto que tenemos de tribu como que aquí no encajaba pero bueno, salvo algunas mujeres que si que iban medio disfrazadas con la ropa típica, pero daba más la sensación de que era para vender que para otra cosa.
Mientras que la mayoría del grupo fue a un colegio a dar cuadernos y lápices, nosotros nos quedamos dando una vuelta por el poblado, no nos sentiamos muy cómodos yendo a ver a los niños en plan souvenir o salvadores de nadie... Nos metimos por una calle que parecía más real, y nos hicimos amigos de una niña muy graciosa mientras esperábamos.
Ese día nos metimos una buena paliza en autobus, casi sin paradas en el camino hasta Chiang Mai. Antes de de comer, paramos a visitar unas fuentes termales aunque más bien eran unas pozas donde el agua estaba hirviendo y la gente de la zona la utilizaba para cocer los huevos de codorniz y luego venderlos a los turistas.
Alrededor de las pozas había muchos puestecillos, allí casi todos compramos alguna bolsa de snacks, aunque no sabíamos muy bien lo que eran... la nuestra era una de las mejores, eran una especie de cacahuetes recubiertos dulces muy ricos. Probamos todos de todo, y la conclusión a la que llegamos es que aquí o las cosas son dulces o picantes, término medio no hay.
Y de nuevo al bus, a dormir un rato hasta la parada para la comida que es más comida thai que ya se nota que nos estaba empezando a saturar a todos...
Antes de llegar a Chiang Mai, paramos para realizar las visitas a los Centros de Artesanía. La primera fue a una Fábrica de Plata que parecía más bien la típica ilegal de las películas, salvo por los ventiladores. Nada más entrar nos explicaron el proceso de elaboración, pero la verdad es que no nos enteramos mucho porque apenas se le entendía de lo rápido que hablaba. Más o menos por lo que pudimos entender, el proceso sería: primero hacen un molde de cera que luego rellenan con cal y una vez que obtienen ese segundo molde, echan la plata para que se haga la joya. Después la pulen y engastan la piedra.
A casi todos nos pareció un poco cutre la fábrica, y el color de la plata era un poco raro. Además cuando pasamos a la tienda, nos sentimos medio acosados de tanta vendedora, asi que apenas compró nadie nada.
Desde allí, fuimos a visitar una Fábrica de Seda, vaya diferencia! Conchi nos explicó más o menos el método de elaboración. Todo empieza con el gusano de seda, una vez se ha hecho ya el canutillo, ese canutillo se hecha a cocer en un recipiente y de allí van deshaciendo el canutillo para hacer un ovillo de seda. Ese ovillo luego se teñirá y ya con esas madejas, elaborarán las diferentes telas en los telares, buff... vaya trabajo! Después de ver todo el proceso y ver cómo lo tejían, entendimos el por qué cuesta tanto dinero.
Y ya desde la fábrica fuimos al hotel. En Chiang Mai el grupo se dividió en dos hoteles, según por la agencia que hubieras ido, nosotros fuimos al Chiang Mai Plaza que tiene una recepción en estilo thai preciosa.
Aprovechamos para descansar un rato y disfrutar un poco del hotel, esa noche teníamos Cena Kantoke con bailes tradicionales de las tribus. Así que a la hora acordada, Conchi nos estaba esperando en la recepción del hotel para llevarnos al restaurante. Nada más llegar, nos hicieron quitarnos los zapatos. Durante toda la cena, estuvieron tocando música thai y nos hicieron una foto con dos chicas vestidas con trajes tradicionales que luego te vendían de recuerdo.
Para cenar primero nos trajeron unas cestitas con plátano rebozado que estaba bastante bueno. Después trajeron varios platos: una especie de alitas de pollo, sopa de verduras, una cestita de arroz y arroz cocido. El arroz de la cestita nos explicó Conchi que era para hacer una pelota con las manos y después mojarlo en una salsa, la verdad es que estaba todo muy bueno.
Y durante la cena hubó bailes tradicionales, muy diferentes a los nuestros, son mucho más lentos en sus movimientos.
Después de la cena, nos fuimos al Mercado nocturno que es enorme. Dimos una vuelta arriba y abajo de la calle principal, y tienen de todo. Al día siguiente lo veríamos más a fondo pero nos tocaba madrugar bastante y estábamos muy cansados, así que nos fuimos pronto para el hotel.
DIA 10:
Va haciendo mella ya tantos madrugones, pero bueno, todo sea por ver cosas tan bonitas. Tras desayunar en el hotel que es estilo buffet, y que es espectacular (tiene también tortillas), ya estábamos listos para empezar nuestras visitas.
Ese día nos tocaba visitar un Campo de adiestramiento de elefantes, al que llegamos en autobús. Lo primero que hicimos fue dar un paseo a lomos de elefante. Estos animales nos parecieron muy simpáticos y muy grandes, si bien por lo que nos explicaron los africanos son mucho más grandes que los asiáticos.
Para montar al elefante, subimos a una plataforma que nos pusó a la altura de su grupa y nos montamos en una especie de banco para dos personas, íbamos por parejas. La primera sensación es un poco de inestabilidad, pero según vas moviendote, te das cuenta que es bastante estable y te sientes muy a gusto. Nada más empezar el paseo, cruzamos el río a lomos del elefante, el paisaje era precioso, esa es la peor parte del paseo pues es donde más inestable te sientes pero tienen todo controlado.
El paseo es muy agradable entre el paisaje y el suave balanceo del elefante. Para bajarnos del elefante, nos colocaron otra vez a la altura de una plataforma y bajamos fácilmente. Desde ahí nos tocó un paseo en carreta tirada por bueyes que eran los típicos bueyes asiáticos, flacos y con una especie de joroba. Los carromatos eran de madera, muy rústicos casi a juego con el conductor que tenía los dientes rojos del preparado que hacen de betel, cal y tabaco.
Nos dejó a la entrada del centro de adiestramiento, donde aprovechamos para comprar plátanos y dárselos de comer a los elefantes y hacernos las típicas fotos con ellos, eso sí, cuidado, porque aspiran que se los comen cuando ellos quieren no cuando tu quieras!
Después fuimos a ver como lavaban a los elefantes en el río, que se lo pasan pipa. Y desde allí a una especie de graderío donde nos sentamos para ver el espectáculo donde los elefantes realizan diversas actividades: arrastrar troncos, levantarlos, moverlos, pintar cuadros, jugar al fútbol, al baloncesto... son muy graciosos!
Tras el Centro de Adiestramiento, fuimos a dar un paseo en balsa de bambú por el río. El río tenía un corriente muy tranquila y poco a poco avanzamos rodeados de vegetación. La profundidad del río es poca.
Otra vez en el bus, fuimos a un criadero de Orquídeas cerca de Chiang Mai, si bien en el camino la mayoría nos quedamos dormidos. Allí nos explicaron como se cultivan las orquídeas, primero meten unas semillas en una botella con tierra y espera a que vayan germinando, cuando se termina la gelatina que es lo que las alimenta se parte la botella y se plantan en una maceta abierta hasta que pasados unos dos años dan flores.
Las orquídeas que tenían allí tenían unos colores preciosos, para María es su paraíso porque es una de sus flores favoritas. Allí vendían bisutería que hacían con las orquídeas, tenían cosas muy chulas, así que terminamos comprando alguna cosilla.
La comida fue allí mismo, pero antes de ir a comer decidimos entre todo el grupo dar una propina al conductor, al chico que iba en el autobús y a la guía ya que ese era nuestro último día con ellos.
La comida fue una grata sorpresa para todos, teníamos tortilla de patata, patatas fritas, alitas de pollo, trozos de cerdo... que descanso! Y es que después de tantos días de comida thai se agradecía un poco de sabores conocidos.
Y de nuevo al bus, que nos quedaba la visita al Templo Doi Suthep que está a las afueras de Chiang Mai en una de las montañas que rodean la ciudad, hay una buena subida. El templo es importante y uno de los más venerados de Thailandia, para subir al templo hay que hacerlo a través de un montón de escaleras o por medio de un funicular, tomamos la opción del funicular, que más bien parece un ascensor.
Este templo y como casi todos, fue fundado para guardar las reliquias (cenizas) de Buda, soltaron un elefante blanco y dijeron que donde se parase fundarían el Monasterio y se paró justo en lo alto de esta montaña.
Conchi nos comentó que aquí se hacía un ritual que era dar tres vueltas a la pagoda que hay en el centro del templo, así que para dentro que vamos todos, eso si primero a descalzarse. Damos las tres vueltas de rigor, y después en una especie de capilla había un monje que daba bendiciones, nos invitó a entrar y nos bendijó a todos los del grupo, nos roció con agua y una especie de escoba, luego nos pusó una especie de pulsera de hilo blanco mientras nos decía una letanía que debía ser una bendición. Mientras volvíamos por nuestros zapatos, nuestra guía nos comentaba cosas del Budismo, y nos decía que Buda tenía hasta 60 posturas distintas.
Y desde ahí regresamos a Chiang Mai para descansar un poco y prepararnos para la cena, el bus nos dejó en el hotel pero no subimos porque fuimos a cambiar dinero para poder comprar luego en el mercado nocturno. Y de regreso al hotel, descansamos un poco, nos refrescamos y nos preparamos para la cena.
El sitio donde nos llevaron a cenar era muy chulo, era una especie de brasería a las orillas del río. En la entrada tenía una tienda y al fondo el restaurante. El menú era crema de espárragos, ensalada, bistec a la brasa y tarta de queso, muy bueno todo.
Tras la cena nos despedimos de muchos compañeros de viaje, porque con muchos ya no coincidiríamos más. Y de ahí fuimos al Mercado Nocturno a hacer algunas compras, lo que nos resultó increíble fue lo borde que se pusó una chica cuando preguntamos por el precio de una maleta y quisimos regatear y nos dijó que no, lo cual nos pareció lógico, cada cual puede pedir lo que quiera, pero es que no nos dejaba salir de la tienda! Al final tuvimos que enfadarnos bastante y ponernos de bastante malas maneras para que nos dejará salir... increíble porque el resto de la gente con la que tratamos siempre fue de lo más amable y educada y siempre con una sonrisa en la cara.
Tras algunas compras más, nos fuimos para el hotel a descansar que estábamos agotados y pese a ser de noche, hacía bastante calor.
DIA 11:
Ya sólo quedábamos diez de todo el grupo, el resto o habían regresado a España o se habían ido a la playa... nosotros nos sentíamos genial porque aún nos quedaban un montón de días por delante.
Tras desayunar, nos encontramos todos en recepción y ya nos estaba esperando un chico que nos llevó al aeropuerto para coger el vuelo a Mae Hong Son. Fuimos en dos coches hasta arriba ya de maletas, todos con la pregunta en la mente de si nos pasaremos de peso al facturar... en breve lo comprobaríamos.
Una vez que facturamos las maletas sin problemas, fuimos al mostrador de la Thai para reservar los asientos de vuelta a España y asi evitar estar separados como cuando vinimos. Nos chocó lo lentos que fueron hasta que lo gestionaron, pero al final nos lo hicieron, esperábamos que estuviera bien y nos hubiesen entendido, porque con el idioma de por medio nunca se sabe.
El vuelto fue un poco desastroso y de los que siempre deseas olvidar, el avión era de hélice, muy pequeño, y en la zona donde íbamos nosotros hacía muchísimo calor. Menos mal que duró sólo 30 minutos porque casi nos dio un golpe de calor.
Cuando llegamos a Mae Hong Son ya nos estaba esperando nuestro nuevo guía que nos dijó que le llamaramos Edu. Nos llevaron en dos furgonetas directamente al Tara Hotel que era muy bonito porque estaba como en un jardín a las afueras de la ciudad.
La verdad es que esta ciudad era muy bonita, era muy pequeñita respecto a las otras donde habíamos estado, pero era más tranquila, estaba entre montañas y todo era verde! De hecho Edu nos dijo que el aeropuerto era militar porque la ciudad es la más cercana a la frontera con Birmania y por eso en esa zona hay más control militar.
Nos dejaron descansar como una hora antes de ir a comer, cosa que agradecimos, porque del calor del avión nos habíamos revuelto bastante. Tras descansar y una ducha rápida, estamos de nuevo listos para ver más cosas.
Lo primero que hicimos fue ir a un restaurante a comer. Estaba al lado de un lago que tenía enfrente un templo, que al día siguiente veríamos según nos comentó Edu. La comida es tipo thai, pero estaba bastante buena.
Y ya con la tripa llena, nos vamos a montar en lancha para hacer un recorrido por el río Pai. El paisaje era una pasada, todo verde y lleno de vegetación... impresionante! Vimos algunas barcas tradicionales que estaban hechas de una pieza única aprovechando un tronco. Nos encantó el viaje!
Al bajar de la lancha ya nos estaban esperando las furgonetas, listas para llevarnos a visitar las Mujeres Jirafas. En el camino, Edu nos explicó que éstas son refugiadas birmanas y que están dentro de la tribu Karen, es decir, la tribu Karen se divide en varias y entre ellas está las Mujeres de Cuello Largo. Estas mujeres han huido de Birmania por la guerra, pero Thailandia sólo las permite quedarse en la zona donde están, no pueden adquirir la nacionalidad y mucho menos circular por el país.
En el camino, nos encontramos con varios controles militares, lo cual se debe a que estábamos al lado de la frontera y para muchos birmanos su sueño es poder cruzarla y poder vivir mejor en Thailandia.
Esa zona está llena de campos de arroz. Pararon para que pudieramos verlos y hacerles fotos, y nos explicó un poco cómo se cultivaba. Primero se planta y cuando crece, se transplanta en otro terreno con más agua. Según el terreno se puede recoger entre 3 o 6 veces al año.
Y continuamos con el viaje. Dejamos la carretera para meternos por un camino, eso sí que era ya una aventura! Pasamos al lado de un centro militar y de un centro misionero, resultaba curioso que estuvieran al lado. Buff en una cuesta, la furgoneta se atascó y nos fuimos hacia abajo... qué susto! Pero el conductor era un hacha. dejó allí medio acelerador pero al final subimos la cuesta!
El guía nos explicó que el poblado de las Mujeres Jirafa está dentro de la frontera, pero justo al otro lado hay uno de refugiados. No nos parece muy bien que como las Mujeres Jirafas atraen a turistas a ellas sí las dejen cruzar la frontera y al resto no, pero bueno, es la ley mundial del tío Sam...
El poblado era realmente un poblado, tal y como te lo imaginas, rodeado de árboles y piñas. Nos sorprendió porque creíamos que habría un par de mujeres jirafa, pero no, había varias. El por qué van asi no se sabe, hay varias teorías. Una de ellas dice que era para protegerlas de los ataques de los tigres y otra para estar más guapas.
Se ponen los anillos de bronce a partir de los 5 años y se los van aumentando con los años. La mayoría llevaba un peso de unos 5kg entre los del cuello, brazos y piernas. La verdad es que nos parecieron bastante guapas. Una de ellas sabía bastante castellano, se llamaba "Cristina" y era muy simpática, nos dejó hacernos fotos junto a ella y su hija "Estrella" y nos comentó que había aprendido el idioma de los turistas que las visitaban y su madre era la que más largo tenía el cuello de todo el poblado.
Dimos una vuelta por el poblado y fue muy curioso ver cómo una niña jirafa se estába lavando su cuello con estropajo y se lo quito para frotar bien, así que el mito de que si lo quitan se esnucan, es falso. El guía nos comentó que según lo que venden son más pobres o no, Cristina como es tan simpática es una de las que más vende.
También había algunas Karen rojas o Karen con orejas grandes, que llevan unos pendientes enormes.
Jugamos con los niños que eran muy amigables y el guía nos comentó aspectos domésticos del poblado, la verdad es que fue una de las visitas que más nos gustó.
Esa noche cenamos en el hotel, comida de tipo europeo y tras charlar y tomar unos copas con los compis de viaje, nos fuimos a descansar...
DIA 12:
Desayunamos y metimos nuestras maletas en las furgonetas. Antes de irnos de la ciudad aprovechamos junto con nuestro guía para visitarlo un poco.
Lo primero que visitamos fue el Mercado Local donde sobre todo vendían comida de todo tipo. Vendían diversos tipos de pescado conservado, muchos tipos de frutas y verduras y mucha comida preparada. Edu nos explicó algunas cosas, nos chocó mucho cuando nos comentó que una especie de judías secas eran soja, nunca lo habríamos pensado! También nos comentó aquí el aceite era de sésamo.
Después fuimos a visitar un Templo que estaba en la montaña. Se llamaba Doi Kong Moo, en él vimos al Buda y tenía dos pagodas. Lo más bonito de este templo eran las vistas que tenía de la ciudad y de toda la naturaleza que la rodeaba, era impresionante! Eso sí, ni ahí arriba corría el aire... hacía muchísimo calor!
Bajamos de nuevo a la ciudad y pasamos por el lago que vimos el día anterior, que es natural según nos explicó el guía, y también visitamos el templo que hay justo enfrente. Si bien ya se iba notando un poco el cansancio ante tanto templo y las diversas posturas de Buda.
Y tras estas visitas, nos llevaron hasta el aeropuerto de Mae Hong Son donde facturamos nuestras maletas hasta Bangkok. Menos mal que aunque el avión era también de hélices, no hacía tanto calor. El vuelo hasta Chiang Mai es de una media hora y fue muy tranquilo.
La escala en Chiang Mai fue de unas dos horas y media, así que aprovechamos para ver las tiendas. Compramos un vino de mangostino para regalar, ahora ya lo hemos probado, y la verdad es que tiene un sabor curioso pero está muy bueno!
Había un sitio de pizzas así que comimos allí. Y listos de nuevo para coger el avión rumbo a Bangkok, allí nos despedimos de nuestros compis de viaje porque todos se iban a la playa o a Bali menos nosotros. Era guay ver que a nosotros aún nos quedaba un montón de viaje por delante!
El avión que cogimos era mucho mejor y no se notó nada el aterrizaje. Resulta curiosos que siempre que llegábamos a Bangkok estuviese lloviendo, pero bueno, por una parte mejor porque así hacía menos calor en el momento.
Nuestras maletas llegaron rápidamente pero la que nos llevó al hotel nos indicó que teníamos que esperar a otra pareja, así que nos tocó esperar un rato. Al ser viernes y encima hora punta, entre llevar a la otra pareja a su hotel y el atasco, tardamos casi dos horas en llegar, qué desastre de tráfico tiene esta ciudad!
Cuando llegamos al Royal Orchid Sheraton, tuvimos la sensación como de llegar al hogar. Ese día nos dieron una habitación más bonita y la cesta de frutas. Nos quedamos un rato en el hotel , lo justo para refrescarnos, porque sino temiamos quedarnos dormidos y taampoco queríamos llegar luego muy tarde al hotel porque al día siguiente a las 5h nos teníamos que levantar.
Cogimos un taxi hasta el Pa Phont para hacer algunas compras en su mercado nocturno. Al llegar estaba lloviendo, así que aprovechamos para ir a cenar al McDonalds, es lo que tiene tanta comida thai que cuando vimos algo más conocido, nos lanzamos a ello de cabeza!
Y con el estómago lleno, a comprar. Compramos un cosas para nosotros y para nuestras familias, lo que ambos llevábamos fatal era lo del regateo... nunca sabes si te estan timando o no, pero bueno, lo intentamos hacer lo mejor posible.
Para volver al hotel, cogimos un taxi que su conductor nos recordó a Makinavaja. Nos metió por unas callejuelas que eran una pasada! Eso sí que era un mercado de carne, buff el mercado del sexo... qué fuerte y qué lástima. La verdad es que esa es la imagen que todo el mundo tiene de Bangkok. pero una cosa es pensarlo y otra verlo en directo.Y eso que en las callejuelas más oscuras seguro que es donde todavía hay más prostitución, pero bueno...
Y a la camita, que a las 5.30h nos traían el desayuno a la habitación, a ver qué tal sería... Y a partir del día siguiente, dejaríamos Thailandia para ir a Camboya (volver a hacer escala en Bangkok) y Bali...
Continua en el siguiente Post...
2 comentarios:
Hola Alberto y María!!!!
He revisado su blog sobre Tailando y me ha gustodo mucho!!!
Me gustaría invitarles a visitar nuestro sitio web www.airportdesk.es es una página muy interesante, con consejos prácticos sobre las instalaciones de los distintos aeropuertos, que tipo de servicios ofrecen a los pasajeros, y forma de transporte público disponibles.
Nos guastaría conocer su opinión sobre nuestra página y si estarían
dispuestos a poner un link desde su blog hacia nuestro link directo con el aeropuerto de Bangkok
(http://www.airportdesk.es/airports/asia/tailandia/aeropuerto-suvarnabhumi-de-bangkok.html)
como una forma de ayudar a las personas que visitan su sitio con esta útil información. Si es que les interesa se podría hacer lo mismo con las otras ciudades que han visitado, o planean visitar para que cada ciudad tenga su enlace directo con el aeropuerto correspondiente.
Esperamos tener noticias suyas pronto, y cualquier comentario o sugerencia son bienvenidos.
Saludos,
Diana Solorzano
www.airportdesk.es
diana.solorzano@airportdesk.es
Magnífico vuestro diario de Tailandia. Me ha hecho recordar ese gran país. Un saludo y me hago seguidor vuestro.
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