Tras recorrerlo entero, como se nos había hecho un poco tarde, decidimos quedarnos a comer en el restaurante que hay al lado del castillo. No tenían carta, así que la señora como veía que no nos entendíamos, nos saco unas salchichas, filetes de pollo y mititei (salchichas pero de carne picada), para ver que queríamos. Decidimos tomar unas mititei con cartofi (patatas) y unas cervezas, todo muy rico y casero 100%.
Y de vuelta al coche, ahora hasta Sebes, ciudad de pasado sajón, donde parece que estés más en Centroeuropa que en Rumania. Queríamos ver la Iglesia Evangélica, que es de las más importantes de Transilvania, pero estaba ya cerrada! La echamos un vistazo por fuera, y vaya calor que hacía!Nuestra última parada antes de llegar a Sibiu, era Calnic que es un pueblecito que tiene una iglesia fortificada, patrimonio de la Humanidad. El pueblo en sí, resulta curioso porque es una calle circular con las casas pegadas, de modo que el círculo de dentro, serían los patios de las casas.
La Iglesia está como a un lado, por las pintas, el señor que la enseña vivie al lado, y cuando nos vió fue presto a enseñárnosla. Más que una iglesia es una fortaleza, y es que la iglesia románica está rodeada por una muralla triple. Es un lugar con mucho encanto y muy bien conservado. Además de ver la iglesia, que no tiene mucho, subimos a una de las Torres de Vigía y luego visitamos la torre central que la tienen muy bien conservada como museo, con cosas tradicionales y antiguas.
Esta ciudad parece alemana! Se notaba también que el año anterior, fue la Capital Cultural Europea porque lo más cercano a la Piata Mare, está muy cuidada. La Piata Mare es preciosa, con sus casitas en tono pastel, sus terrazas, la Casa Haller y la Iglesia Católica. Además en el centro, han puesto chorros de agua que suben y bajan, lo que la da mucho encanto y mucha diversión para los más peques que se refrescan con ellos.
Al lado está la calle peatonal, llamada Strada Nicolae Balcescu, que tiene un montón de terrazas y edificios preciosos. Nos sentamos en una terraza a cenar, una especie de donner kebap, lo mejor es ver pasar a la gente que parece que estuvieran un poco desfilando... muy curioso.
Subimos hacia la parte alta y llegamos a la Piata Mica o Plaza Pequeña, dominada por la Torre del Consejo (1588) y por edificios del siglo XV y XVI, y por un imponente edificio, la casa Hermes.
Pasamos bajo la torre y salimos a la Piata Mare (Plaza Mayor) que es el corazón de la ciudad, rodeada de palacios y tejados a dos aguas. En el lado derecho, la Iglesia romano-católica. En el centro, tiene una fuente que nos llamó mucho la atención con sus chorros de agua que salen del suelo y que eran la delicia de pequeños y mayores.
En la cercana Plaza Huet, visitamos la Iglesia Evangélica de estilo gótico, lo malo es que la estaban restaurando por dentro y no pudimos ver el impotente órgano, ni los laterales de la nave, pero bueno admiramos un fresco que hay en el coro (La Crucifixión del siglo XV).
Paseamos por las calles, para visitar la Iglesia Ortodoxa, ahí nos sentamos un rato para ver los ritos que hacía la gente y que a nosotros nos resultan muy curiosos e interesantes. Desde allí, paseamos por las calles de la zona baja y entramos a ver una iglesia que nos parecía un poco en ruinas. Entramos y el párroco, nos explicó que la estaban arreglando poco a poco y que antiguamente era evangélica pero que ahora es ortodoxa, también nos cantó para que pudieramos admirar la buena acústica del recinto, un encanto el hombre! Esta iglesia estaba pegada a un asilo o centro de ayuda.
Volvimos hacia la Plaza Mayor, donde nos tomamos un tiempo de relax en un terraza mientras nos tomábamos un refresco. Nos lo pasamos genial, viendo a los peques jugar en la fuente.... menudo se lo pasaban!Y de ahí fuimos a ver el tramo de la muralla que aún se mantiene, hay dos torres también, la de los Carpinteros y la de los Arcabuceros. Tras la muralla, está el foso, ahora transformado en un parque. Siguiendo la calle, llegamos a la Plaza Unirii, de donde parte la Calle Nicolae Balascu, peatonal y con edifcios palaciegos que acogen tiendas y restaurantes. Esta calle estaba llena de terrazas, de hecho ahí fue donde cenamos la noche anterior.
Sibiu nos pareció una ciudad muy homogénea, cuidada y limpia, muy recomendable de visitar!
Decidimos ir a por el coche, y comimos en un McDonald´s cercano. Y así dejamos Sibiu para ponernos rumbo a Sibiel. Sibiel es un pueblo muy bucólico al que en la época de Ceausescu traían a los turistas, para que vieran lo bien que se vivía en el campo rumano. Es un pueblecito e origen sajón, con casas muy bonitas y un paisaje idílico!
Nos resultó muy fácil encontrar la Pensiunea Italiana que teníamos reservada, ya que está en la calle que lleva al centro y que también estaba en obras. La anfitriona ya nos estaba esperando y nos dio una habitación súper amplia y sin ventanas (genial, dormimos fenomenal por fin!).
Dejamos allí nuestras cosas y nos fuimos a dar una vuelta para situarnos y cenar algo tranquilamente. La impresión que nos dió Brasov es que es una ciudad más comercial, con más ajetreo que Sibiu y menos cuidada. Tiene también muchos edificios tipo palacetes de antiguos comerciantes muy bonitos. La ciudad está a los pies de unos elevados montes.
Llegamos hasta la Plaza Statului (Plaza del Consejo), que es una amplia plaza cerrada al tráfico, y la principal postal que se ve de Brasov. En el centro, se alza la Casa Statului citada por primera vez en 1420! Tiene una imponente torre con reloj, una fuente muy original y al fondo se ve la Iglesia Negra. Llegamos hasta su puerta, pero ya estaba cerrada así que la veríamos al día siguiente. Bajamos por una calle peatonal que sale de la Plaza, la calle Republicii, todo el centro de la calle está lleno de terrazas muy chics y con unos sofás enormes. Alucinamos un poco, porque la gente iba como muy arreglada, parecía que fuese fin de semana... Llegamos hasta el final de la calle, hay edificios realmente bonitos, aunque con tanta terraza casi ni se aprecian y la gran mayoría necesitaban una restauración urgente.
CONTINUARA...
2 comentarios:
Veo que al final no pudisteis ir a Sarmizegetusa. Yo no lo conozco pero por lo que he oido no creo que este demasiado bien cuidado.
Ah, y sobre lo curiosos que os resultan los ritos ortodoxos, no se si llegasteis a ver alguna boda. Son de lo mas extrañas y lo se por experiencia pues yo me case por ese rito...:-)))))
Buenas!
Pues estas navidades voy a ir con mi novio a Hunedoara, espero que el castillo se pueda ver en dignas condiciones :P
Saludos
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