24 ene 2009

Info sobre las Pirámides de Gizah y Esfinge

Por supuesto visitar las Pirámides de Gizah es algo obligado si se va a Egipto. El recinto abre a las 8 de la mañana y el museo de la barca solar a las 9. Se pueden visitar las pirámides de Keops y de Kefren por dentro y pagándolo a parte. También se puede visitar la barca solar, junto a la pirámide de Keops y esto también se paga aparte. Si vais a entrar a las pirámides, dejad la cámara de fotos a alguien que no vaya a entrar, porque si no os la harán dejar en la entrada con el “portero”.

Precio de las entradas:
Entrada al recinto y a la zona de la esfinge 50L.E. y para estudiantes 25L.E.
Para la pirámide de Keops 100L.E. y para estudiantes 50L.E.
Para la de Kefren, 25L.E.
Para el museo de la barca solar 30L.E. y para estudiantes 20L.E.

Hay que tener en cuenta, que de las Siete Maravillas del Mundo, las Pirámides de Egipto son las únicas que han conseguido sobrevivir al paso del tiempo. Contemplar estas construcciones es realmente impresionante, a pesar de haberlas visto numerosas veces en televisión, fotografías y publicaciones nada es comparable con disfrutarlas al natural. Si, además, se piensa en cómo fueron construidas y cuántos esclavos fueron necesarios para mover los bloques de piedra y subirlos hasta la cima, el sentimiento de respeto y asombro es inevitable.

El conjunto más representativo y quizá más famoso en todo el mundo es el de Gizeh en el que se pueden contemplar la Pirámide de Keops, la Pirámide de Kefrén y la Pirámide de Micerinos.

Para algunos egiptólogos, la innovación en la construcción de las pirámides radicaba, precisamente, en su forma. Se piensa que esta forma piramidal pretendía representar la petrificación de los rayos solares. En numerosos relieves y pinturas, el Sol envía sobre la tierra rayos de luz que parten de su globo y se irradian formando un cono, sobre los habitantes terrestres. A partir de esta idea, se creó una estructura sobre la cual estos mismos rayos pudieran deslizarse, formando una pirámide de luz que se superpusiese a la pirámide de piedra en un conjunto perfecto, uniendo lo humano y lo divino. Y para erigirla se representó con una exactitud matemática la relación entre la altura y el perímetro, que en la Gran Pirámide corresponde a la cuadratura del círculo y medio de Pi. Para situar las pirámides, se fijaban las posiciones de los lados y de los ángulos después de haber establecido el norte astronómico, para lo que se tomaban como referencia la Osa Mayor y Orión. De esta forma, el eje vertical facilitaba la subida del "ka" hacia el más allá; el eje norte-sur reproducía el discurrir de las aguas del Nilo desde el Alto Egipto hasta el Bajo Egipto, y el eje este-oeste, el curso del sol.


La Pirámide de Keops:
Tenía una altura original de 150 metros lo que la convierte en la más alta del mundo. Estaba compuesta por más de dos millones de bloques de piedra de 2 toneladas y media de peso cada una. Está prohibido escalar hasta la cima además de ser francamente peligroso, por lo que aunque se lo ofrezcan no acepte. Sin embargo no dude en penetrar en su interior para admirar las galerías y el techo saledizo.

Muy cerca de la pirámide se encuentran el Templo Mortuorio de Keops, el Museo del Barco Solar y la única tumba del Imperio Antiguo que no ha sido profanada, la Tumba de la Reina Hetepheres.

Desde la entrada de la pirámide se accede a un corredor descendente, de poco más de un metro de altura, que después de unos veinte metros se bifurca en un corredor que sube, cerrado por tres bloques de granito, y uno que sigue bajando hasta la cámara subterránea excavada en la roca y probablemente dedicada a Sokar, dios de la ultratumba.

La entrada actual, al nivel del suelo, sigue el pasadizo excavado antiguamente por los saqueadores y llega al pasillo originario en el corredor ascendente, más allá de los tres bloques de granito.

El corredor ascendente lleva a la Gran Galería, obra de alta ingeniería, en cuyo inicio dos aperturas conducen respectivamente a una galería que llega a la cámara de la reina, colocada en el eje vertical de la pirámide, y a un pasadizo de 60 metros o el corredor de servicio. La Gran Galería termina en una antecámara, en una época cerrada por otros tres bloques de granito, que conduce a la cámara del rey, donde fue encontrado un sarcófago monolítico de granito rojo sin ninguna inscripción. Su techo está compuesto por nueve losas de granito sobre las que hay un elaborado conjunto de cámaras de descarga, tal vez edificadas para aligerar la enorme masa que pesaba sobre la cámara real, a la cual se accede por una abertura que hay en el techo de la Gran Galería.

En la cámara superior dos investigadores ingleses encontraron el cartucho de Keops, el único escrito hallado en la pirámide. De las paredes septentrional y meridional de la cámara del rey salen dos estrechos conductos de ventilación, que llegan hasta la pared de la pirámide, facilitando al Ka (la parte espiritual) del faraón su subida al cielo.

En el exterior se encuentran la rampa procesional, las fosas de las barcas solares, el templo funerario de Keops, y las pirámides secundarias.


La Pirámide de Kefrén:
Es la mejor conservada de este complejo, conservando aún la capa caliza del exterior que recubre el granito rosado. Se pueden visitar las dos cámaras mortuorias y el sarcófago vacío.

La Pirámide de Micerinos:
Es la más pequeña de las tres y la que ha sufrido mayores saqueos.


La Esfinge:
Junto a estas pirámides se levanta imponente la Esfinge de cabeza humana y cuerpo de león que se construyó teniendo como base formaciones rocosas naturales a las que se añadió piedra pulida. Se cree que representaba a alguna deidad aunque no ha podido saberse a ciencia cierta de quién se trataba. Su estado no es el ideal ya que ha sufrido deterioros muy serios, debido al turismo masivo y la degradación del medio ambiente. A pesar de ello sigue siendo majestuosa.

Data del reinado de Kefrén, y se trata de una cabeza de hombre sobre un cuerpo de león. Una construcción de piedra y arena que en algunas partes todavía puede verse como estaba pintada de negro. Fue construida en roca caliza de cuatro tipos. La Esfinge era una meta de peregrinación para quien la veía como un dios, un lugar de meditación, un genio de sabiduría, o la guardiana del mismo Egipto.

Son numerosas las leyendas que se cuentan en torno a la Esfinge, como la del faraón Thutmosis IV, que para legitimizar su subida al trono, dijo que, durante un sueño, la Esfinge le había ordenado que la limpiara, afirmando que sólo un faraón podía hacerlo. En recuerdo de este hecho se encuentra entre las patas delanteras una inscripción que narra el acontecimiento.

En la antigüedad hubo muchas restauraciones: entre el 160 y el 211 d.C. los romanos fueron los primeros después de Thutmosis IV que repararon los daños producidos por la erosión del viento y de la arena; después les tocó a los científicos que seguían a Napoleón, quienes en 1798, realizaron la primera investigación científica. En 1816, Giovanni Battista Caviglia la exploró y encontró el 13% de la barba ritual; en 1925 Emile Baraize consolidó la cabeza y descubrió el Templo de la Esfinge. En 1936 los trabajos de la Universidad de El Cairo dieron a la Esfinge su aspecto actual. En los 80 una desastrosa restauración hizo urgente y necesaria una correcta obra de restauración.

Pero a pesar de las restauraciones y de los numerosos estudios científicos que se han realizado sobre la Esfinge, la leyenda envuelve la historia de este monumento de imprescindible visita sobre el que ahora preocupa su estado ya que el viento y la contaminación la siguen afectando negativamente.

Para los antiguos egipcios era Seseps ankh, el ídolo viviente. Para los griegos, la representación del saber oculto. Para los árabes, Abu el-hol, el padre del terror. Desde siempre la esfinge ha simbolizado la inteligencia humana unida a la fuerza del león. Pero más allá de cualquier interpretación, la esfinge es el enigma, el misterio. Ninguna fecha, ninguna inscripción ha emergido del mar del tiempo para aclarar el misterio. La Esfinge, de 20 metros de altura, pero que se eleva sobre la meseta sólo ocho metros, tiene un cuerpo de león de 57 metros de longitud (77 con las patas), y una cabeza humana de 6 metros de altura que posee los rasgos del faraón Kefrén y lleva el típico tocado real. De todos los esfuerzos realizados, probablemente, el que ha tenido mejores resultados, es el área excavada a su alrededor para preservarla; de hecho ni la arena cae dentro de ella, ni alcanza a la Esfinge.
Para sacar una buena fotografía de las tres pirámides juntas, hay que encaminarse, dentro del complejo, hacia la Esfinge. El turista verá una gran explanada con puestos de recuerdos, y puestos de alquileres de camellos, desde donde se tiene una espectacular vista de las tres pirámides.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno toda la informacion pero m gustaria saber mas .. de los esclavos qe fueron utilizados en esa epca .. cuantos murieron cuantos sobrebibieron comom murieron.. etc.. porfavor

ciudadanos del mundo dijo...

Gracias por visitarnos. Lo sentimos pero esa información, no la tenemos y tampoco creemos que nadie pueda decirtelo con certeza... ya que sobre las Pirámides y cómo y quién las construyó, no hay datos nada fiables... Un saludo